En la emisión
del pasado viernes del programa CQC de Canal 13 se incluyó un segmento en el
que se mostró a Alfredo Olmedo siendo invitado a calificar conceptos y
personas.
Así nuestro
diputado aprobó con un 10 al Servicio Militar Obligatorio y a la Educación Religiosa
Obligatoria en las Escuelas, y reprobó con un 1 al Matrimonio entre
Homosexuales.
Personalmente
me gustó la contundencia con la que contestó con un “si” a la pregunta si le
parecía más importante la educación religiosa que la educación sexual. También
fue muy genuina su opinión sobre el lamentable Caso Carrasco: la muerte de un
joven por el abuso de poder de unos malnacidos justifica el juzgamiento y castigo
de esos personajes nefastos, no la desaparición de un sistema que era
profundamente necesario para que no mueran miles (como sucede ahora).
Sin embargo
lo más polémico llegó cuando a Olmedo le pidieron calificar a Jorge Rafael
Videla. El diputado sostuvo que él no está de acuerdo con las dictaduras militares
y que tampoco avala las técnicas que fuesen empleadas por las FFAA para combatir a los
guerrilleros. Recordó, además, que la estrategia de represión militar no fue
impuesta por Videla en 1976, sino que fue aprobada por el gobierno
constitucional y democrático de la Presidente Martínez
de Perón en 1975. Y luego agregó algo que comparto plenamente: Videla es una parte de
nuestra historia y, como la historia no se puede borrar, lo mejor para todos es
mirar hacia adelante en lugar de permanecer aferrados al pasado.
De todos
modos Martina Soto, la notera de CQC, le cuestionó por generoso el 4 que Olmedo
le había dado como calificación a Videla (yo, por mi parte, le hubiese
cuestionado por la misma causa el 7 que le dio a esa pésima presidente llamada “Cristina
Fernández de Kirchner”). Ella señaló que lo suyo parecía injusto ya que Videla,
según su perspectiva, es “un hombre que ha sido un genocida, que ha robado
bebes, que ha hecho desaparecer a 30.000 argentinos”, sugiriendo que eso era
suficiente para otorgarle un puntaje menor. Empero esa es la opinión de Soto.
Hay muchos otros argentinos que también encontrarían injusto el puntaje
otorgado por Olmedo a Videla, pero no por ser excesivo sino por ser escaso. Quiero
decir así como hay muchos para los que Videla no merece más que el oprobio, también
hay otros tantos que creen que el militar sólo es digno de alabanza.
Olmedo
sostuvo su 4 y, hábilmente, dijo que no iba a seguir hablando del tema. Es que
Videla es un tema agotado en nuestro país. O al menos debería serlo, ya que sobre
él no resta nada que decir. El militar fue dos veces encarcelado, pues fue dos
veces juzgado por sus faltas. No es ni por cerca “un fragmento del mal” (como
dice ese sofista de José Pablo Feinmann), pues junto a los defectos que lo
llevaron a la cárcel también tuvo virtudes que hicieron que muchos salieran a
aplaudirlo y a brindarle su adhesión y su apoyo ante sus dificultades.
Argentina
merece la historia. Las memorias son apasionadas y parciales, la
historia, en cambio, es calma y completa, es lo que realmente nos pasó y lo que ha quedado atrás.
La memoria de uno no puede ser cimiento para el futuro, la memoria de todos si, pues ello es la historia.
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