lunes, 30 de junio de 2014

El Papa Francisco habla sobre la corrupción y la pobreza


En una entrevista a Il Messaggero, el Papa Francisco vertió algunos conceptos que, creo yo, es bueno retener.

Política
- ¿Existe una jerarquía de valores que respetar en la gestión de la cosa pública? 
Cierto. Tutelar siempre el bien común. La vocación para cualquier político es esta. Un concepto amplio que incluye, por ejemplo, la custodia de la vida humana, su dignidad. Pablo VI solía decir que la misión de la política es una de las formas más altas de caridad. Hoy el problema de la política – no hablo solo de Italia sino de todos los países, el problema es mundial – es que se ha desvalorizado, arruinada por la corrupción, por el fenómeno de las coimas. Me viene a la mente un documento que publicaron los obispos franceses hace 15 años. Era una carta pastoral que se titulaba: "Rehabilitar la política", y afrontaba precisamente este argumento. Si no hay servicio en la base, tampoco se puede entender la identidad de la política. 
- Usted ha dicho que la corrupción huele a podrido. Ha dicho que la corrupción social es fruto de un corazón enfermo y no sólo de condiciones externas. No habría corrupción sin corazones corrompidos. El corrupto no tiene amigos sino idiotas útiles. ¿Nos lo explica mejor? 
Hablé dos días seguidos de este argumento porque comentaba la lectura de la Viña de Nabot. A mi me gusta hablar de las lecturas del día. El primer día afronté la fenomenología de la corrupción, el segundo día de cómo acaban los corruptos. El corrupto, en todo caso, no tiene amigos, sólo tiene cómplices. 
- Según usted ¿se habla tanto de la corrupción porque los mass media insisten demasiado en el argumento, o porque de hecho se trata efectivamente se trata de un mal endémico y grave? 
No, por desgracia es un fenómeno mundial. Hay jefes de Estado en la cárcel precisamente por eso. Me he preguntado mucho, y he llegado a la conclusión de que muchos males aumentan sobre todo durante los cambios de época. Estamos viviendo no tanto en una época de cambios, sino en un cambio de época. Y por tanto se trata de un cambio de cultura; precisamente en esta fase emergen cosas de este tipo. El cambio de época alimenta la decadencia moral, no solo en la política, sino en la vida financiera o social. 
- Tampoco los cristianos parecen brillar por su testimonio... 
Es el ambiente el que facilita la corrupción. No digo que todos sean corruptos, pero creo que es difícil permanecer honrado en la política. Hablo de todo el mundo, no de Italia. Pienso también en otros casos. A veces hay personas que querrían hacer las cosas claras, pero se encuentran en dificultad y es como si fueran fagocitadas por un fenómeno endémico, a varios niveles, transversal. No porque sea la naturaleza de la política, sino porque en un cambio de época las presiones hacia una cierta deriva moral se hacen más fuertes.
Me parecen muy sabias estas palabras, porque resultan ser una lectura muy lúcida de la política contemporánea. Hoy en día, lamentablemente, la norma del político es ser corrupto y la excepción es no serlo. El político corrompido deja de tutelar el bien común, y, además de obstaculizar el desarrollo humano de la mayoría, termina directamente impidiéndolo, promoviendo lo aberrante como al atentar contra la dignidad humana legislando a favor del aborto, de la despenalización de las drogas o de la destrucción de la familia. 

Pobreza
- ¿A usted le asusta más la pobreza moral o material de una ciudad? 
Me asustan ambas. A un hambriento, por ejemplo, puedo ayudarlo a que no tenga más hambre, pero si ha perdido el trabajo y no encuentra ocupación, tiene que ver con otra pobreza. Ya no tiene dignidad. Quizás pueda ir a Caritas y traerse a casa un paquete de comida, pero experimenta una pobreza gravísima que arruina el corazón. Un obispo auxiliar de Roma me ha contado que muchas personas van a los comedores y a escondidas, llenos de vergüenza, se llevan a casa comida. Su dignidad se ve progresivamente depauperada, viven en un estado de postración. 
- ¿El Evangelio habla más a los pobres o a los ricos para que se conviertan? 
La pobreza está en el centro del Evangelio. No se puede entender el Evangelio sin entender la pobreza real, teniendo en cuenta que existe también una pobreza bellísima del espíritu: ser pobre ante Dios porque Dios te llena. El Evangelio se dirige indistintamente a los pobres y a los ricos. Y habla tanto de pobreza como de riqueza. No condena de hecho a los ricos, si acaso a las riquezas cuando son idolatradas. El dios dinero, el becerro de oro. 
- Usted pasa por ser un Papa comunista, pauperista, populista. The Economist, que le ha dedicado una portada, afirma que habla como Lenin. ¿Se reconoce en estos modelos? 
Yo digo solo que los comunistas nos han robado la bandera. La bandera de los pobres es cristiana. La pobreza están en el centro del Evangelio. Los pobres están en el centro del Evangelio. Tomemos Mateo 25, el protocolo sobre el que seremos juzgados: tuve hambre, tuve sed, estuve en la cárcel, estaba enfermo, desnudo. O miremos a las Bienaventuranzas, otra bandera. Los comunistas dicen que todo esto es comunista. Sí, como no, veinte siglos después. Así que cuando hablan, se les podría decir: pero vosotros sois cristianos (se ríe).
Este discurso sobre la pobreza tiene -como bien dice el Papa- veinte siglos de existencia y ha sido siempre el que ha defendido y promulgado la Iglesia Católica. Existe una pobreza penosa y agobiante que es la miseria material, el no tener para comer, el tener que vivir de las dádivas del César o del amor de otros cristianos. Es la pobreza de, por ejemplo, nuestros beneficiarios de planes sociales. 

Por otro lado, a esa persona en la miseria que tiene que vivir dependiendo de los demás se le empobrece el espíritu, y allí cuando le toca denunciar, calla. Entonces deja que el puntero político, el joven "militante" y otra escoria política le marquen el camino. Se pierde para Dios, y cree reencontrarlo en el César. Entonces termina dándole al César lo que es suyo y lo que es de Dios.  

Ahora bien, frente a esa pobreza que es sinónimo de miseria material y maltrato espiritual, está la pobreza entendida como humildad. Humilde es el que puede aplastarle la cabeza al otro y decide no hacerlo, humilde es el que ve en el dinero un medio y no un fin para ser feliz. Este tipo de pobre es el que entra en política para rescatar a su hermano de la miseria material y del maltrato espiritual al que lo somete aquel idólatra del Becerro de Oro. Así, en ese acto político, el César recibe lo que es del César, y Dios puede volver a recibir lo que es de Dios.

jueves, 26 de junio de 2014

La Argentina blasfemada

Xipolitakis, víctima de la culolatría

El Código Penal Argentino, en su artículo 222, señala: "Será reprimido con prisión de uno a cuatro años el que públicamente ultrajare la bandera, el escudo o el himno de la Nación o los emblemas de una provincia argentina." Quizás suene draconiana la sanción, pero los que la impusieron pensaban que los símbolos patrios son sagrados. Muchos (entre los que me incluyo) aún lo pensamos. Pero en un país flagelado por el libertinaje no resulta extraño que aparezcan personas que disienten con esa idea. 

En el 20 de Junio pasado, mientras se conmemoraba un nuevo aniversario del Paso a la Inmortalidad del General Manuel Belgrano y se festejaba la creación de nuestro pabellón nacional, la vedette Victoria Xipolitakis publicó una fotos en las que se la ve desnuda cubriéndose con una bandera celeste y blanca, como si se tratase de una toalla o una frazada. Al lado de ella está parado un homosexual, igualmente desnudo. A raíz de la difusión de esas imagenes ofensivas por vía de las redes sociales, un salteño realizó una denuncia contra Xipolitakis, señalando antológicamente: “La bandera, por la cual miles de argentinos entregaron su vida, debería estar flameando y no en el culo plástico de esta mina”. 

La vedette intentó desentenderse del tema, aduciendo que no era una bandera lo que cubría su cuerpo, sino una prenda de vestir conocida como "pareo". Pero es evidente que eso no es cierto. 

Pues bien, en lo personal creo que la tal Xipolitakis no ultrajó a la bandera de modo voluntario, ya que no parece que ella promueva una agenda en contra de la nacionalidad. Es decir, alimentando la triste culolatría vigente en la Argentina, la vedette entendió que aquel día era un momento propicio para hacer algo osado y alusivo al patriotismo futbolero que tantos adeptos tiene en nuestro país. ¿Hay que condenar a Xipolitakis por sus actos chabacanos pero carentes de mala intención? Obvio que si, pero creo que la prisión, en este caso, bien podría sustituirse con penas alternativas que le hagan comprender a esa mujerzuela lo que esa bandera significa (bien podría, por ejemplo, trabajar un mes en una escuela de alta montaña en la Puna salteña, izando la bandera todos los días ante los rostros esperanzados de los niñitos que concurren a clase).  

Linchamientos marca "Inadi"

Se puede discutir si lo de Xipolitakis fue un producto de su ignorancia (quiso hacer algo agradable y terminó haciendo algo desagradable), pero no cabe discusión alguna para lo que sucedió en la Catedral de La Plata con una cantante peruana y un travestido: en ese caso esa personas, con toda la intención de faltarle el respeto a la Sagrada Eucaristía, grabaron un abominable video que no puede ser más que repudiado por todo aquel que cultive la tolerancia. Monseñor Héctor Aguer, el actual Arzobispo de La Plata, condenó con vehemencia el ataque que sufrió la comunidad cristiana y, a causa de ello, los grupos de presión homosexualistas salieron por todos lados a fustigar al sacerdote. 

Creo que los más destacables entre los intolerantes que embistieron contra Aguer por defender a la religión son la FALGBT y la ex-parlamentaria María José Lubertino. Los lobbistas gays de la FALGBT repudiaron lo dicho por Aguer, dándose el lujo de elevar un insólito pedido al Vaticano para que sancione al Arzobispo. ¿Qué lleva a estos infelices a peticionar ante la Santa Sede si ni siquiera están en comunión con la Iglesia? Es una actitud increíblemente soberbia suponer que ellos pueden exigirle algo al Vaticano, pues bien saben que lo que hacen es un pecado, y un pecador debe preocuparse por salvar su alma en lugar de obligar a los demás a que le festejen sus actos ofensivos hacia Dios. Con la misma lógica absurda alguien podría peticionar ante el Líder Supremo del Consejo Mundial de Mariposones para que los sancionen a los de la FALGBT por reaccionar con violencia y no pacíficamente ante las palabras de un cura. 

Por otra parte lo de Lubertino es realmente deplorable. Enfurecida con Aguer, propuso que se le de poder de policía al Inadi para que sancione penalmente a todo aquel que emita una opinión que no es de su agrado, convirtiendo en un delito a la parresía. Sin embargo lo que esta energúmena no contempló es que Aguer nunca condenó al pecador, pues no juzgó a la cantante peruana ni al animador travestido, sino que repudió el pecado: en este caso el pecado no es la homosexualidad del hombre o la promiscuidad de la mujer, sino la blasfemia de desacralizar a la Sagrada Eucaristía. Sería bueno que el Inadi deje de confundir las cosas y actúe como debe de actuar: pidiéndole disculpas a Monseñor Aguer por tergiversar sus palabras, y exigiéndole a los que ofendieron al cristianismo que se disculpen públicamente por haber hecho lo que hicieron. 

miércoles, 25 de junio de 2014

Giacosa por la boca muere

Cuando Martín Grande fue candidato a Intendente de Salta en el 2011 propuso que las cooperadoras asistenciales –organismos estatales que padecen de una gran propensión a convertirse en agujeros negros de corrupción– fuesen administradas o, al menos, co-administradas por gente sugerida por la Iglesia Católica, para que de esa manera la transparencia de la gestión quedase garantizada y el clientelismo político se viese erradicado. Miguel Isa, en aquel momento, rechazó la idea, sosteniendo que para volverse operativa sería necesario una reelaboración de la ley provincial que regula el asunto.

Pues bien, transcurridos tres años de aquella ocasión, la propuesta de Grande fue reflotada como una iniciativa parlamentaria por Lucas Godoy. Resulta raro que Godoy, que es un militante de las peores causas morales, busque que la Iglesia Católica y otros cultos religiosos se involucren activamente en asuntos estatales, pero aún así esto ha sucedido.

De todos modos, como era de esperarse, alguien se opuso a la idea; lo curioso es que dicha oposición no tuvo de estandarte a los hombres del PO, sino a alguien proveniente del riñón mismo del isismo: el Diputado Provincial Guido Giacosa. Isa, quien ya está en campaña para el 2015 y por ello anda buscando aliados por todas partes, invitó cordialmente a Monseñor Cargnello a sumarse al manejo de las cooperadoras asistenciales, pero sin involucrarse en aquello que hace al control de la gestión (el cual, según Isa, es un mero trámite, ya que esa repartición se encuentra estructurada por estrictas normas ISO que no dejan lugar a las irregularidades).

La posición de Giacosa es similar a la de su jefe, pues él sostiene que en las cooperadoras asistenciales no existe la corrupción, por lo que pedirles transparencia es un despropósito (y, en todo caso, quien debe auditar a ese organismo es el Tribunal de Cuentas municipal, o sea que, según Giacosa, el ladrón debe actuar también de policía).

Sin embargo lo destacable aquí es que antes de fijar esa posición, Giacosa había hecho otras declaraciones a la prensa en donde quedó en evidencia que clase de sujeto es realmente. Textualmente el parlamentario dijo:
El Estado es laico y hay que mirar adelante, volver a darle el poder a las iglesias es retrasarnos un par de siglos. Mi visión general es de preocupación política respecto a esto. Políticamente a este arranque puritano le falta un poco de conversación.
Con esto Giacosa dejó en claro que es laicista y progresista, pero en un sentido anticristiano. Es decir, se puede defender la laicidad y el progreso y aún así conservar una visión cristiana del mundo mediante la cual aquel insensato que no cree puede vivir su vida intrascendente sin ser cuestionado por ello. Pero la versión de Giacosa del laicismo y del progresismo es contraria a la religión, por ello se alarmó hasta el punto de tildar de “puritana” a una iniciativa que no “retrasa un par de siglos” sino que nos lleva por fin al siglo XXI, época en la cual todos los actores de la sociedad se involucran en la toma de decisiones sobre aquello en lo que tienen competencia. La Iglesia Católica y los demás cultos religiosos reconocidos en Salta tienen una gran conciencia social y pueden aportar mucho al desarrollo humano, por ello deben colaborar estrechamente con las cooperadoras asistenciales.

Y así como resulta positivo que el Estado dialogue con los cultos religiosos para atender cuestiones sociales, debería prestarles un mayor oído para las cuestiones espirituales, las cuales son tan fundamentales para la vida cotidiana como el tener un techo bajo el cual dormir o un plato de comida del cual comer todos los días.  

domingo, 22 de junio de 2014

Un nuevo agravio en forma de billete

Manuel Belgrano, además de militar, fue un abogado que murió en la pobreza. Pero junto a las armas y a las leyes, Belgrano también se interesó en los recursos y los intercambios, por lo que la historia lo recuerda además como economista. A raíz de ello, el anuncio de los retoques al billete de 10 pesos parece una burla a su figura.

Hace quince años atrás, un billete con el rostro de Belgrano equivalía a 10 dólares; hoy en día, en cambio, con ese mismo billete se puede obtener apenas un puñado de monedas que suman algo así como unos 0,85 centavos de dólar.  

Pero más allá del asunto económico, el billete carga con un simbolismo. A 196 años de su muerte, los argentinos lo apreciamos y le agradecemos a Manuel Belgrano por todo lo que hizo en vida. Pero la mayoría lo ve como un ejemplo de valentía y entereza, como un referente, y no como un antepasado. Para los kirchneristas, por el contrario, hay una continuidad entre Manuel Belgrano y Néstor Kirchner, continuidad que sólo ellos perciben. En la delirante imaginación de los kirchneristas Néstor Kirchner hubiese sido tan capaz de comandar a las fuerzas patriotas en la Batalla de Salta, como Manuel Belgrano de saltar extasiado al ver una caja fuerte de un metro de altura. Por ello modificaron el retrato del prócer y le alteraron la mirada: quieren que Belgrano y Kirchner sean una y la misma persona.  

Una redecoración innecesaria


El Kirchnertrucho

Sin embargo el nuevo dibujo se parece más a Julio Bocca o a Pablo Rago, es más bien un simulacro de Belgrano.

De todos modos lo que también llama la atención es la idea de incluir a Juana Azurduy de Padilla en el papel. Es cierto que esa mujer luchó por la Patria y merece cierto reconocimiento en nuestro país -pese a que las circunstancias la hayan colocado después en el panteón boliviano de héroes. Sin embargo, antes que Juana Azurduy de Padilla, hubo generales más valientes que ella (de hecho la esposa de Manuel Ascencio Padilla murió con el título de Coronel). Uno de esos generales es Martín Miguel de Güemes, tan o más merecedor de figurar en los billetes de 10 pesos que la guerrera chuquisaqueña. O quizás todos (Belgrano, Juana Azurduy de Padilla, Güemes) deberían figurar cada uno en un billete, billetes de 10 pesos, pero también de 200 y 500, billetes fabricados con gastos coherentes para una república al borde la bancarrota como la han condenado a la nuestra.  

viernes, 20 de junio de 2014

Oración a la bandera


Bandera de la Patria, celeste y blanca, 
símbolo de la unión y de la fuerza 
con que nuestros padres nos dieron 
independencia y libertad; 
guía de la victoria en la guerra, 
y del trabajo y la cultura en la paz; 
vínculo sagrado e indisoluble entre las generaciones 
pasadas, presentes y futuras; 
juremos defenderla hasta morir 
antes que verla humillada.

Que flote con honor y gloria al frente 
de nuestras fortalezas, ejércitos y buques, 
y en todo tiempo y lugar de la 
Tierra donde éstos la condujeran; 
que a su sombra la Nación Argentina 
acreciente su grandeza por siglos y 
siglos, y sea para todos los hombres 
mensajera de libertad, 
signo de civilización y garantía de justicia.

jueves, 19 de junio de 2014

La demagogia viaja en colectivo

Hay que comenzar señalando lo obvio: lo gratuito no existe, pues alguien siempre termina pagando por lo que se cree que no tiene ningún costo. Sin embargo esta circunstancia no implica necesariamente que todo tiene que tener una tarifa explicitada. No es malo hacer regalos, lo único es que hay que tener en cuenta quienes son los destinatarios de dichos regalos.

En Salta sólo los policías viajaban gratis en colectivo. No hay ninguna ordenanza o ley que estipule ello; las empresas de transporte les otorgaban ese privilegio como un reconocimiento por su labor en defensa de la comunidad. A los policías ahora se les sumaron los estudiantes y los jubilados como beneficiarios de los boletos gratuitos de colectivo. ¿Por qué? Pues porque necesitan desplazarse de un lugar de la ciudad a otro y suelen ser gente con recursos más bien limitados (los jóvenes porque, en nuestro país, tienen prohibido trabajar y juntar su propio dinero, y los ancianos porque se los castiga recortándoles los sueldos).

En lo personal estoy de acuerdo con que policías, jubilados y jóvenes viajen gratis en colectivo, aunque creo que el beneficio no debería extenderse a los estudiantes superiores ni a los alumnos del secundario que traspasen los 18 años, pues quienes integran esos grupos ya son económicamente activos, o sea ya pueden trabajar. En Argentina ser estudiante terciario o universitario es ridículamente sencillo: con ir hasta una universidad o a un terciario público a principio de año llevando un par de fotocopias y un formulario, ya se está adentro del sistema educativo superior. Así de fácil es (salvo, claro, por unos pocos lugares en los que se exige un examen de ingreso –lo cual, dicho sea de paso, debería ser la norma para todas las universidades y los terciarios, y no la excepción extraordinaria como actualmente es–). De allí que prácticamente cualquier persona puede inscribirse en alguna institución de educación superior, obtener una constancia de que lo ha hecho, hacer los trámites correspondientes y no volver a pagar nunca más un boleto de colectivo. Por ello es claro que resulta demagógico incluir en el proyecto de boletos gratuitos a los estudiantes de más de 18 años: es un regalo que no merecen, es un mal uso del dinero del Estado.

Lo que también termina siendo demagógico es lo que hicieron los concejales isistas en la ciudad de Salta. Al extender el boleto de colectivo gratuito a los miembros del grupo de adictos en recuperación y de mujeres embarazadas sin obra social, se está cargando sobre las espaldas del trabajador (pues el dinero público en Argentina proviene de allí, ya que la industria escasea) a los parias de la sociedad.

Ciertamente un drogadicto que intenta dejar la vida destructiva en la que voluntariamente se metió y una mujer que no supo cerrar las piernas a tiempo para no sumar más pesares a su vida merecen compasión. Pero todavía no entiendo por qué deben recibir privilegios. En un país donde el trabajador no llega a fin de mes, resulta chocante que el lumpenproletariado –que, a diferencia del joven estudiante o del jubilado, a la sociedad puede retribuirle entre poco y nada– goce de un beneficio que a más de un asalariado le gustaría gozar para aliviar un poco su castigado bolsillo.

Pero los y las pobres infelices que se drogan o que se embarazan sin tener recursos para darles de comer a sus hijos no son culpables de esta situación injusta; quienes en verdad tienen la culpa de todo esto son -como no podía ser de otro modo- nuestros políticos salteños. La postura del isismo es parte de la campaña electoral del Intendente de Salta, quien, consciente de su baja popularidad, ha empezado a otorgar dádivas a diestra y siniestra, sumando a sus equipos a gente de los más variados perfiles, con la intención particular de conquistar el voto de los huérfanos espirituales de la provincia, los cuales –tras tantos años de gobiernos promotores de la decadencia– conforman la porción más amplia del electorado local. Isa sabe que el trabajador salteño no lo va a votar, entonces, deliberadamente, se ha puesto en su contra ejerciendo la más vergonzosa demagogia.   


domingo, 15 de junio de 2014

Los Godoy: una dinastía canalla

Padre e hijo
Si hay algo que la política salteña no necesita eso son los Godoy, padre e hijos. Manuel Santiago Godoy, insoportablemente verborrágico, y tan visceral que casi siempre termina manifestando una brutez vergonzosa, es el típico operador pejotista, que desde atrás de un escritorio -y con un café de por medio- logra lo que otros llaman eufemísticamente "acuerdos", "consensos", o cosas por el estilo, pero que, en realidad, más parecen contubernios. 

Recientemente Manuel Santiago Godoy fue el ariete antisalteño de un gobierno que se esfuerza por conservar algo de la identidad provincial que varios siglos de vida cristiana supieron crear en esta parte del mundo. Me refiero, claro, a la campaña que desde el parlamento local llevó a cabo para destituir al Juez Víctor Soria, aquel magistrado que impidió un cruento asesinato de un niño indefenso -pero que, aún así, no pudo salvarle la vida a la criatura, ya que la madre, una adolescente, terminó abortando con un sicario en Buenos Aires. 

Al no poder voltear a Soria, quien buscó proseguir con la militancia genocida fue su hijo, el "productivo" Lucas Godoy. Lucas Godoy, desde que asumió su banca de Diputado Provincial, ha estado promoviendo todas las causas más innoble que se puedan concebir, por lo que parece un hombre del PO y no uno del PJ (aunque, en estos días de kirchnerismo, el PO y el PJ manejan exactamente la misma agenda cultural, coincidiendo especialmente en todo lo que tenga que ver con atentar contra la vida de los inocentes). Así al joven Godoy se le ocurrió pedir canilla libre de abortos, al solicitar que se facilite el asesinato impune con el horrendo y vomitivo disfraz de "aborto no punible". Aroldo Tonini, con mucha valentía y sentido común, lo tildó de "canalla", pues sólo alguien así puede considerar que un ser humano, sólo por ser un niño en gestación, no vale absolutamente nada, es un estorbo como si fuese un tumor. Creo que el ex-Concejal dio en el clavo. 

jueves, 5 de junio de 2014

Debatir sobre el Servicio Militar Obligatorio

El arte de subestimar a las mayorías

Alejandro Nieva, Diputado Provincial de Salta Somos Todos, dijo recientemente que –debido a la enorme adhesión que tiene la idea de recuperar el Servicio Militar Obligatorio– lo que verdaderamente se debe discutir, y de manera urgente, es qué tipo de SMO necesita el país. Vale decir, el pueblo argentino clama el retorno de la conscripción, por lo que (para no convertirse en elitistas divorciados de la realidad) los políticos deberían ponerse a materializar esa necesidad en lugar de hacer oídos sordos.

Ciertamente hay un grupo de gente que se opone a la reinstauración del SMO en la Argentina. Ello es entendible. Sin embargo, esa gente suele argumentar que no es cierto que el grado de adhesión popular al SMO sea tan alto, y que, aun si lo fuese, aún así no deja de ser una idea estúpida e infundamentada. Ese tipo de opinión equivale a subestimar al pueblo argentino, el cual si bien es propenso a equivocarse a la hora de elegir gobernantes también es lo suficientemente ilustrado para opinar con acierto sobre muchas cuestiones. Dicho de otro modo si Argentina fuese hoy en día un país ordenado, próspero y exitoso, la opinión de la mayoría sería que no se necesita del SMO para crecer y desarrollarnos, pero ese, lamentablemente, no es el caso, por lo que el pedido popular de abrir los cuarteles y revalorizar a las Fuerzas Armadas no es un "resabio de la educación reaccionaria" o alguna sandez semejante sino mera voluntad de resolver el caos en el que se vive cotidianamente.  

Usar la escarapela todos los días

El proyecto del Diputado Nacional (MC) Alfredo Olmedo para que se recupere el SMO apunta a reclutar únicamente a la franja de jóvenes que, entrados en la mayoría de edad, se encuentran sin empleo, sin estudios y sin porvenir. Es el “ni-ni” el objetivo de la iniciativa. Muchos progresistas sostienen que esa selectividad es discriminatoria y estigmatizante. Semejante opinión es una muestra de imbecilidad incurable. El “ni-ni”, habitualmente, no lo es por decisión propia, sino que cayó en esa condición por falta de oportunidades; por tanto lo verdaderamente discriminatorio y estigmatizante es dejar que esa persona persista en esa condición hasta que la situación lo consuma. El “ni-ni”, como el adicto, es un individuo al que hay que ayudar en lugar de abandonarlo a su suerte o fomentarle su vicio.

Una manera de ayudar al “ni-ni” es dándole la disciplina y los valores morales que su familia no pudo o no supo inculcarle, y que tampoco adquirió en su paso por la escuela. La disciplina guía hacia la autodisciplina y los valores morales regulan el comportamiento propio. Está probado (las excepciones no hacen más que confirmar la regla).

Ahora bien, el gran temor que los progresistas expresan es que el SMO se convierta en una escuela de guerra urbana y clandestina para los que pasen por sus filas. Es decir, si se convoca a los “ni-ni”, se les da cierto tipo de instrucción militar, y se los devuelve a su hábitat en la que la falta de trabajo digno y el crimen son la moneda corriente, estos sujetos se volverán más peligrosos de lo que eran antes. A esa opinión la he leído y escuchado en diversos lugares. Y es lamentable. Es lamentable porque es la típica opinión de un ombliguista al que el patriotismo le causa comezón. Quienes piensan así son los que comprenden al SMO como un juntadero de cuerpos que terminan ejerciendo el trabajo esclavo en los cuarteles al realizar lo que en lenguaje militar se denomina “labor de tropa”. Pero el SMO no es sólo eso, el SMO es, ante todo, una escuela para el espíritu, es una oportunidad para aprender a amar a la Argentina.

En las escuelas de todo el país se organizan actos para honrar a la historia nacional, pero en los cuarteles, durante el periodo de conscripción, a la historia nacional se la vivencia en carne propia. Una vez, charlando sobre el uso de la escarapela, un militar retirado me comentaba que él la usa a diario, porque la lleva "por dentro de su pecho". La frase suena trillada pero no dudo de la sinceridad de ese hombre, porque recuerdo que me lo decía casi con lágrimas en los ojos. Escuché no hace mucho a un camporista decir lo mismo, pero su tono no era el de alguien que vivenció Argentina en la piel sino que más bien era el de alguien que vive de la Argentina, como esos parásitos que viven de otros organismos.

¡A las armas, ciudadanos!

Mediante la Ley 24.429, en el año 1994 se suspendió la obligatoriedad del Servicio Militar. Sin embargo la Ley 17.531 sigue vigente, por lo que el Servicio Militar sigue siendo una medida aceptable en nuestro país.

Una cosa que planteó Ishii al retomar la cruzada olmedista para el retorno del SMO es que nuestro país debe prepararse para la guerra contra el narcotráfico, ya que la violencia del mundo narco se ha instalado definitivamente en la Argentina. Si uno observa la situación de Colombia o México notará que los cárteles de droga allá controlan territorios, corrompen a jueces, políticos y fuerzas de seguridad, lavan dinero invirtiendo en negocios legítimos y no vacilan en defender ese imperio recurriendo a las armas de fuego. Por ese motivo Colombia y México se encuentran en estado de guerra.

Dado el grado de penetración del narcotráfico en Argentina, no sería de extrañar que aquí también se desate una guerra en contra de los narcos (en rigor, en nuestro país ya existe una guerra entre clanes narcos, pero no una guerra entre el Estado nacional y estas bandas criminales). Si Argentina entra en default nuevamente, la crisis obligaría al Estado a reducir sus políticas asistenciales, lo que implicaría que el camino estaría allanado para que los narcos se conviertan en un partido político o una ONG dispuestos a tapar los huecos socioeconómicos reclutando a hombres y mujeres para sus filas.

El país necesita, entonces, no sólo unas Fuerzas Armadas que conviertan a la generación abandonada en ciudadanos capaces de vivenciar a su patria, sino también en ciudadanos dispuestos a defenderla con su vida.   

domingo, 1 de junio de 2014

Boceto para una interna Olmedo-Romero

Alianzas y contubernios: lo natural

Debido a que el escenario político argentino de la actualidad está dividido en dos partidos sin diferencias ideológicas (Oposición Derecho-Centro-Izquierdista y Oficialismo Derecho-Centro-Izquierdista) las alianzas y los contubernios parecen ser el lenguaje que todos hablan.

Ciertamente existen fuerzas testimoniales como el Partido Obrero a los que no les interesa gobernar, por lo que se cierran a todo diálogo y se ocupan sólo de generar impacto social para captar el voto de los indignados. Pero más allá del PO y afines están los demás hombres de la política con chances reales de ejercer el poder: son estos a los que les interesan las coaliciones.

Urtubey 2015

Dado el sistema unitario de República que tenemos, los ritmos políticos en las provincias están marcados por lo que suceda a nivel nacional. Es tan poco federal nuestro país que los gobernadores, en estos últimos años sobre todo, se han convertido en un elenco de aplaudidores del Poder Ejecutivo de la Nación, el auténtico dueño de las decisiones, el principal administrador de los recursos económicos argentinos. Es debido a ello que, de cara al 2015, casi todos los políticos salteños observan primero que pasa en Buenos Aires para armar después sus estrategias en la provincia.

El Oficialismo, tras la paliza que recibió el año pasado, perdió a su candidata ideal: Cristina Kirchner. Sin la Presidente habilitada para una rereelección, a los kirchneristas no les queda más opción que buscar un sustituto. Los nombres están, pero ninguno convence a nadie: Florencio Randazzo, Agustín Rossi, Axel Kicillof, Sergio Urribarri y varios otros. También está Daniel Scioli, pero en él no confían porque no lo ven como un “izquierdista”. Juan Manuel Urtubey es otro candidato a la presidencia nacional, sin embargo en las encuestas está por debajo de Scioli, por lo que tampoco resulta atractivo para la mesa chica kirchnerista.   

Pablo Kosiner, aceptando que la aventura presidencial de Urtubey es casi un salto al vacío, declaró hace poco que el Gobernador hará como Romero y buscará su tercer mandato consecutivo en Salta. Esto es prácticamente una condena a la intrascendencia a Miguel Isa, quien aspiraba a suceder a Urtubey y que ahora deberá buscar un candidato con quien negociar los no muchos votos que reunía.   

El retorno del Júcaro

Juan Carlos Romero retuvo su banca de Senador Nacional el año pasado. No le resultó sencillo. Para hacerlo, tuvo que desembolsar grandes sumas y emplear toda la artillería de trucos sucios que tuvo a mano. La jugada le salió bien, pues siendo quien es, demostró que un cuarto de los electores salteños se sienten representados por su figura. Por ello Romero se envalentonó y decidió lanzarse a la conquista de la gobernación provincial en 2015, aun sin tener la necesidad política de hacerlo.

Lo de Romero no es una jugada riesgosa: el Júcaro cuenta con padrinos a los cuales ofrecerse como embajador. Tanto Sergio Massa como Mauricio Macri lo tienen en su lista de contactos. Massa y Macri son liberales, pero se presentan como hombres de centro, desarrollistas, demócratas y republicanos. A raíz de ello ambos dirigentes pretenden que la coalición centroizquierdista FA-UNEN se les una (algunos dirigentes de esa alianza están dispuestos a negociar sus apoyos con ambos candidatos, otros, por principios, se resisten a hacerlo).

Romero ha suprimido el distanciamiento entre macristas y massistas en Salta, por lo que no tiene problemas en sumar a la UCR y a cuanta otra fuerza que quiera acompañarlo en el operativo para su retorno al trono provincial. Empero tanto la UCR como las demás fuerzas políticas de la provincia no se muestran muy convencidas de apoyar a un personaje como el Júcaro.

El Frente Olmedo Gobernador II: por la Revolución Amarilla

Después de lanzar su candidatura para Gobernador de Salta, Alfredo Olmedo abrió las puertas de Salta Somos Todos a todos los ciudadanos que quieran apoyar sus propuestas. Por ese motivo Olmedo, cuyos votos en la última elección fueron casi los mismos que Romero, habló de la necesidad de aliarse entre salteños para superar la dicotomía Oficialismo/Oposición y llevar al pueblo al gobierno.

El primer convocado al diálogo por Olmedo fue el Partido Renovador Salteño, pero los renovadores están en la encrucijada de ser fieles a sus ideales y abandonar el gobierno, o ser fieles a sus billeteras y quedarse en sus puestos. Los simpatizantes del PRS, en cambio, no están enjaulados como si lo están sus dirigentes, por lo que ellos y la gente del Partido Propuesta Salteña pueden ser parte activa en la Revolución Amarilla.

Pero las adhesiones de los renovadores no son suficientes para ganar una elección en la Salta de hoy, por lo que a Olmedo no le queda otra posibilidad que intentar seducir a la UCR y, más importante aún, a los peronistas.

Ahora bien, ¿cuáles peronistas son aptos para protagonizar la Revolución Amarilla? Los honestos sin dudas. Martín Grande lanzó el rumorluego desmentido por el entorno de Romero– de que el Júcaro le ofrecería a Olmedo la vicegobernación si lo acompañaba, pero Olmedo sostuvo que aspira más alto, es decir quiere ser Gobernador. Es por ello que la estrategia olmedista consiste en trabajar para que tanto Massa como Macri le retiren el apoyo a Romero, y reconozcan que, si de verdad son hombres de centro a favor del desarrollo, la república y la democracia, quien levanta esas banderas en Salta es Alfredo Olmedo y no Juan Carlos Romero.

Creo entonces que es interesante contemplar la posibilidad de una alianza entre Olmedo y Romero que se defina como una interna decidida “desde afuera”, o sea como un movimiento de adhesiones dirigenciales al más íntegro de los candidatos.