jueves, 26 de junio de 2014

La Argentina blasfemada

Xipolitakis, víctima de la culolatría

El Código Penal Argentino, en su artículo 222, señala: "Será reprimido con prisión de uno a cuatro años el que públicamente ultrajare la bandera, el escudo o el himno de la Nación o los emblemas de una provincia argentina." Quizás suene draconiana la sanción, pero los que la impusieron pensaban que los símbolos patrios son sagrados. Muchos (entre los que me incluyo) aún lo pensamos. Pero en un país flagelado por el libertinaje no resulta extraño que aparezcan personas que disienten con esa idea. 

En el 20 de Junio pasado, mientras se conmemoraba un nuevo aniversario del Paso a la Inmortalidad del General Manuel Belgrano y se festejaba la creación de nuestro pabellón nacional, la vedette Victoria Xipolitakis publicó una fotos en las que se la ve desnuda cubriéndose con una bandera celeste y blanca, como si se tratase de una toalla o una frazada. Al lado de ella está parado un homosexual, igualmente desnudo. A raíz de la difusión de esas imagenes ofensivas por vía de las redes sociales, un salteño realizó una denuncia contra Xipolitakis, señalando antológicamente: “La bandera, por la cual miles de argentinos entregaron su vida, debería estar flameando y no en el culo plástico de esta mina”. 

La vedette intentó desentenderse del tema, aduciendo que no era una bandera lo que cubría su cuerpo, sino una prenda de vestir conocida como "pareo". Pero es evidente que eso no es cierto. 

Pues bien, en lo personal creo que la tal Xipolitakis no ultrajó a la bandera de modo voluntario, ya que no parece que ella promueva una agenda en contra de la nacionalidad. Es decir, alimentando la triste culolatría vigente en la Argentina, la vedette entendió que aquel día era un momento propicio para hacer algo osado y alusivo al patriotismo futbolero que tantos adeptos tiene en nuestro país. ¿Hay que condenar a Xipolitakis por sus actos chabacanos pero carentes de mala intención? Obvio que si, pero creo que la prisión, en este caso, bien podría sustituirse con penas alternativas que le hagan comprender a esa mujerzuela lo que esa bandera significa (bien podría, por ejemplo, trabajar un mes en una escuela de alta montaña en la Puna salteña, izando la bandera todos los días ante los rostros esperanzados de los niñitos que concurren a clase).  

Linchamientos marca "Inadi"

Se puede discutir si lo de Xipolitakis fue un producto de su ignorancia (quiso hacer algo agradable y terminó haciendo algo desagradable), pero no cabe discusión alguna para lo que sucedió en la Catedral de La Plata con una cantante peruana y un travestido: en ese caso esa personas, con toda la intención de faltarle el respeto a la Sagrada Eucaristía, grabaron un abominable video que no puede ser más que repudiado por todo aquel que cultive la tolerancia. Monseñor Héctor Aguer, el actual Arzobispo de La Plata, condenó con vehemencia el ataque que sufrió la comunidad cristiana y, a causa de ello, los grupos de presión homosexualistas salieron por todos lados a fustigar al sacerdote. 

Creo que los más destacables entre los intolerantes que embistieron contra Aguer por defender a la religión son la FALGBT y la ex-parlamentaria María José Lubertino. Los lobbistas gays de la FALGBT repudiaron lo dicho por Aguer, dándose el lujo de elevar un insólito pedido al Vaticano para que sancione al Arzobispo. ¿Qué lleva a estos infelices a peticionar ante la Santa Sede si ni siquiera están en comunión con la Iglesia? Es una actitud increíblemente soberbia suponer que ellos pueden exigirle algo al Vaticano, pues bien saben que lo que hacen es un pecado, y un pecador debe preocuparse por salvar su alma en lugar de obligar a los demás a que le festejen sus actos ofensivos hacia Dios. Con la misma lógica absurda alguien podría peticionar ante el Líder Supremo del Consejo Mundial de Mariposones para que los sancionen a los de la FALGBT por reaccionar con violencia y no pacíficamente ante las palabras de un cura. 

Por otra parte lo de Lubertino es realmente deplorable. Enfurecida con Aguer, propuso que se le de poder de policía al Inadi para que sancione penalmente a todo aquel que emita una opinión que no es de su agrado, convirtiendo en un delito a la parresía. Sin embargo lo que esta energúmena no contempló es que Aguer nunca condenó al pecador, pues no juzgó a la cantante peruana ni al animador travestido, sino que repudió el pecado: en este caso el pecado no es la homosexualidad del hombre o la promiscuidad de la mujer, sino la blasfemia de desacralizar a la Sagrada Eucaristía. Sería bueno que el Inadi deje de confundir las cosas y actúe como debe de actuar: pidiéndole disculpas a Monseñor Aguer por tergiversar sus palabras, y exigiéndole a los que ofendieron al cristianismo que se disculpen públicamente por haber hecho lo que hicieron. 

1 comentario:

  1. ARGENTINA DESORDENADA: VIOLA AL DECRETO PARLAMENTARIO 10.302 QUE ESTABLECE PATGRONES DE LOS SIMBOLOS NACIONALES. ADEMÁS DE SU ARTICULO 3 QUE DICE: DEBIÉNDOSE RENDIR SIEMPRE EL CONDIGNO RESPETO........................................................................................................................

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