martes, 29 de julio de 2014

¿Todavía no renunciaron Sergio Berni y Cecilia Rodríguez?

Primero fue Sergio Berni, el admirador de Pablo Escobar, quien planteó que hay que despenalizar el consumo de todas las drogas actualmente ilegales. Luego, después de enterarnos que un adicto metió a su hija de un año y medio en un lavarropas en pleno funcionamiento, es la Ministra de Seguridad de la Nación la que señaló que lo que a ella le importa en el tema del narcotráfico "es la vida de las personas que se lleva puesta en violencia, en luchas de mercado y situaciones de vulnerabilidad". ¿Acaso esta mujer está para enfrentar a los narcotraficantes o para hacer trabajo social? 


Creo que ya existen instituciones y organismos del Estado que se dedican al trabajo social, por lo que, al menos yo, espero de un Ministro de Seguridad que día a día nos informe sobre los operativos para evitar el narcotráfico en las fronteras, sobre la destrucción de los laboratorios donde se fabrica droga, sobre la detención de los narcos extranjeros afincados en nuestro país y de sus socios locales, sobre la desarticulación de redes narcocomerciales. Para reducir el número de consumidores existe el Sedronar, la Iglesia Católica, el Ministerio de Desarrollo Social, etc. 

La idea de despenalizar el consumo es pésima por donde se la mire. No viene mal recordar las palabras del psiquiatra especializado en adicciones Eduardo Kalina:
"Debe aplicarse absolutamente lo contrario de lo que dijo Berni", sostuvo Kalina y precisó que las evidencias de ello están en la liberación y legalización del tabaco y del alcohol. 
"Por ejemplo, el tabaco es legal y se difundió en una forma espantosa en el mundo y hubo que poner cada vez más controles para ir dominando el tabaquismo. Otro ejemplo, en materia de alcohol liberado fue espantoso el alcoholismo en el mundo. La ley seca, por su parte, fue exitosísima desde el punto de vista de la salud pública", argumentó. 
Para Kalina, Berni ignora que "el narcotráfico es nada más que un componente de algo mucho más importante que es el narcocomercio y que con la despenalización, no sólo no se perjudica sino que, se beneficia porque se amplía la clientela", resaltó. 
En ese sentido, dejó sentado que "todo lo que significa permisibilidad ha fracasado en el mundo y todo lo que significa control estricto ha triunfado". 
Para reforzar su argumento, puso de ejemplo a Singapur en donde los controles son rigurosos y, según apuntó: "La paz social es total, la seguridad es total, jamás nadie te molesta, la gente está muy bien y no tenés gente que haga barbaridades producto del consumo", puntualizó.

lunes, 28 de julio de 2014

Estatizando por un sueño

En Sembrando Progreso -un libro que ya cumplió los 15 años desde que fuese editado por primera vez- Juan Manuel Urtubey habla sobre la importancia que la empresa privada tiene en el mundo contemporáneo. Hoy en día parece haber revertido su mirada, pues desde hace unos meses que el Gobernador promueve una campaña estatizadora en Salta. Así la ruta que administraba Aunor o el tren que administraba Ecotren pasaron a manos del Estado provincial. Con el tren todavía no se sabe bien que sucederá, pero a la ruta ya la convirtieron en un espacio gratuito, eliminando los peajes que antes cobraban para levantar las barreras.

Ese es otro rasgo característico del autor de Sembrando Progreso: la demagogia de lo gratuito (pues junto a las rutas, en Salta los jubilados y los estudiantes ya no pagan boleto de colectivo). El problema es que lo gratuito no existe, y eso bien lo sabe Urtubey. Siempre alguien paga por lo que pareciera no tener precio, pues sólo unos pocos salteños viven de la caza y la recolección, un tanto alejados del sistema capitalista.

De todos modos la fiebre estatizadora urtubeycista tiene un gran problema: la omisión de la banca provincial. En Salta quien maneja las finanzas del Estado es el Grupo Macro, que encabeza Jorge Brito. La rotunda negativa a revisar lo hecho por el banco le garantiza la continuidad en el territorio de la provincia. Esto equivale a una falta de transparencia absoluta.

miércoles, 16 de julio de 2014

Del Far North a la Nueva Salta

Alas de poco vuelo

Con el Mundial de Fútbol finalizado, la carrera electoral despega. En Salta las elecciones provinciales están programadas para abril del próximo año, por lo que los meses comienzan a reducirse.

Después de idas y venidas, parece inverosímil que Juan Manuel Urtubey reemplace a Jorge Capitanich en su puesto de Primer Ministro. Urtubey quería ser Presidente, pero las encuestas muestran que tiene muy pocas chances. Por ello, si quiere alcanzar su objetivo, el Gobernador necesita hacer un salto cualitativo, exponiéndose ante la opinión pública de un modo como no lo ha hecho hasta ahora. El puesto de Capitanich le da esa posibilidad, pero también lo coloca en un escenario inestable en el que puede pasar cualquier cosa negativa, lo que lo obligaría a terminar responsabilizándose por ello y restar puntos en sus ambiciones.

De allí que Urtubey haya optado por hacer lo que le criticó a Romero: eternizarse en el cargo. Su candidatura a una re-re-elección es casi un hecho. Resta determinar quien será su compañero de fórmula.

La pandilla

Ante ese asunto danzan todo tipo de nombres. Miguel Isa, quien especula con ser gobernador, se conformaría con la vicegobernación en caso de que Urtubey quiera repetir mandato. Pretende que el PJ lo apoye, y, mientras tanto, suma a todos los que puede a su campaña (desde los elegebetistas a las iglesias cristianas) comprándolos con cargos y otras dádivas. Isa también está dispuesto a aliarse con Romero. Al actual Intendente le interesa, por lo visto, el poder (¿o serán los fueros?).

Otros dos que se han ofrecido a ocupar el cargo que actualmente ocupa Andrés Zottos son Sergio Leavy (Intendente de Tartagal por el Partido de la Victoria) y Marcelo Lara Gros (Intendente de Orán por el Partido Renovador Salteño). El argumento de estos dos sujetos es que su presencia garantiza la pluralidad ideológica –pues ambos, en la actualidad, pertenecen a fuerzas políticas diferentes al PJ–, y además vendrían a ser representantes del Norte provincial. Sin embargo basta con revisar los prontuarios de ambos personajes y recorrer un poco Tartagal y Orán para constatar que la idea de que Leavy o Lara Gros asciendan en la pirámide de poder provincial es un error tremendo, que el pueblo salteño no debería darse el lujo de cometer.

Reparación histórica

Un buen vicegobernador para Juan Manuel Urtubey sería su hermano Rodolfo Urtubey. Ambos comparten la misma sangre y por tanto la misma lucha (?).

Rodolfo Urtubey, actual Senador Nacional, estuvo dos años administrando un fondo financiero que, según se suponía, dotaría al Norte de Salta de la infraestructura que actualmente necesita. Empero el proyecto fue un fracaso. Aun así el Tolo consiguió su banca y desapareció de Salta (recientemente resurgió para las cámaras… nada más y nada menos que defendiendo al cleptócrata Amado Boudou).

Rodolfo Urtubey podría volver a la provincia y asumir el rol de vicegobernador para impulsar junto a su hermano a esa zona de Salta que parece deliberadamente olvidada. Allá la violencia crece día a día, expandiéndose desde los rincones más humildes hasta alcanzar la esfera política: hace no mucho Leavy declaró que debía mudarse a un cuartel militar para garantizarle seguridad, y en la municipalidad de Lara Gros, este mes, hubo un tiroteo en lo que parece ser un narcoajuste.

Ante esta realidad, creo que mi propuesta para el Norte provincial no está fuera de lugar: convertir a Orán en segunda capital de Salta, albergando entre sus límites al parlamento provincial. Quizás llenando de políticos salteños al Norte los Leavy y los Lara Gros se extingan, la frontera se calme un poco y llegue por fin la prosperidad a esa parte de la Argentina.  

lunes, 14 de julio de 2014

El orden natural: una lección para Rodrigo Liendro

La bobería de la “equidad de entrada” planteada por Liendro ha generado algunas reflexiones interesantes. Entre ellas se encuentra una de Álvaro Ulloa que creo que vale la pena comentarla, pues me permite a mí desarrollar ciertas cuestiones teóricas.

En su reflexión sobre la propuesta de Liendro, Ulloa pone el dedo en dos llagas: la de la naturaleza humana y la de la discriminación positiva. 

Naturaleza y Cultura

Ulloa señala que la especie humana, como creatura biológica, se comporta según unos patrones hereditarios. Los machos buscan instintivamente a las hembras –especialmente a las hembras en el pico de su edad reproductiva. Mientras mayor sea la concentración de hembras, probablemente también lo sea la de machos. Entonces sacrificar la entrada de una mujer se traduce en mayor ganancia para el dueño de la discoteca, ya que si logra que el número de hombres duplique al de mujeres habrá empatado, y si logra que lo triplique entonces estará ganando una suma de dinero que de otro modo no ganaría.

Esto que señala Ulloa se llama orden natural. Liendro, habituado a violentar el orden natural, es incapaz de seguir el hilo de ese razonamiento. Para él salir un sábado por la noche a un boliche no es un ritual reproductivo el cual se abandona una vez que se ha consumado, sino que se trata de un horizonte de sentido. Como él es incapaz de reproducirse con gente de su mismo sexo, entonces a la discoteca la entiende no como el lugar en donde pescar un marido y formar una familia sino como un supermercado de falos en el cual comprar o mendigar para pasar satisfecho la semana. De allí que, con la edad que tiene, todavía sea un habitué de esos lugares.

El privilegio, el derecho y la obligación

Ulloa señala que es habitual “discriminar” a ancianos y niños haciéndoles descuentos (de hecho en Salta el gobierno provincial lanzó un programa para que los jubilados y los escolares viajen sin pagar en los colectivos urbanos de la provincia). ¿Es algo así indeseable? Ulloa sostiene que no. Yo coincido con él.

Aquí hace falta aclarar algunas nociones fundamentales: privilegio, obligación y derecho. El privilegio consiste en darle a alguien un poco más de lo que merece. El anciano y el niño, personas que cuentan con una autonomía más bien limitada, gozan de beneficios extras para que sus vidas no se vuelvan más complicadas. Quizás hayan algunos individuos que no los merezcan (niños que devendrán delincuentes o delincuentes devenidos ancianos), pero ese privilegio normalmente termina siendo una inversión a futuro o el pago atrasado de una deuda. No hay una cosificación en ese acto de privilegiar sino todo lo contrario: es el reconocimiento de la fragilidad de un individuo y todo el sufrimiento que esto genera, es, por ende, una humanización del mismo.

La obligación, por su parte, es una carga que debe tolerarse para que existan derechos y privilegios. Si yo decido que los niños o los ancianos no paguen una entrada, alguien tiene que pagar la entrada por ellos. Si, supongamos, yo no cumplo con mi obligación tributaria, entonces el dinero destinado a cubrir el gasto del niño y del anciano nunca llega a destino y a ellos se les revoca el privilegio que tienen. No hay inversión ni cancelación de deuda, porque no hay pago depositado.

Finalmente el derecho, a diferencia del privilegio o de la obligación, es más abarcativo, pues se trata de todo aquello pensado para cubrir las necesidades de un individuo, sea niño, anciano o adulto. Si se tiene una necesidad de algo, entonces debe existir un derecho. Es el salario que tengo para comprar lo que está en la canasta básica. Se supone que hay una diferencia sustancial entre necesidad y deseo: yo puedo desear mil cosas (puedo desea volar, puedo desear drogarme, puedo desear tener hijos siendo soltero y amante de otros varones, etc.) pero sólo tengo verdadera necesidad de unas pocas de esas cosas. Y allí está el conflicto.

Lo que subyace en el fondo de los privilegios

Para Liendro la mujer tiene necesidad de igualdad, por ello el Estado debe garantizársela. Con esa lógica, un niño podría sostener lo mismo y empezar a votar, a firmar contratos o a tener armas sin que haya terminado de aprender a atarse los cordones.

La mujer y el hombre son iguales como personas, pero difieren como seres biológicos. Tienen dos fisionomías y dos fisiologías diferentes, porque son seres orgánicamente distintos. El hombre no es superior a la mujer, del mismo modo en que la mujer no es superior al hombre: habrá cosas que un hombre puede hacer mejor que una mujer, como habrá otras que la mujer puede hacer mejor que el hombre. Ignorar esto es malicioso. Y no sólo eso, también es estúpido: una de las propuestas de Liendro consiste en aumentar el cupo femenino del 30% al 50% en cargos públicos. ¿Acaso en los cargos públicos, es decir en los puestos de poder, no es mejor tener a los más capaces antes que a la misma cantidad de hombres y mujeres? Si los más capaces son todas mujeres, yo las prefiero por sobre un conjunto de hombres que no sirven para hacer lo suyo y viceversa.

Está claro que la mujer no tiene “necesidad de igualdad” porque ya es una igual. Igual, en este caso, no quiere decir lo mismo que el hombre: para que ello suceda, la mujer debería tener órganos completamente distintos, vale decir debería violentar el orden natural. Igual, en realidad, remite al derecho y a la obligación. La mujer goza de los mismos derechos que el hombre y de las mismas obligaciones. ¿Eso conforma a la mujer? Normalmente no: muchas veces considera que hay cosas que desea que deben convertirse en derechos, del mismo modo en que considera que hay obligaciones que son demasiado pesadas para ellas. Para compensar ello, a la mujer se le otorgan ciertos privilegios, que en realidad están estrechamente vinculados al orden natural. O sea como el orden cultural es, a veces, muy pesado para la naturaleza de la mujer, se les hace concesiones para alivianárselo.

La tarea de un político se reduce a eso: gobernar para garantizar derechos, distribuir obligaciones y conceder privilegios de modo tal que la cultura no sobrepase a la naturaleza ni que la naturaleza sobrepase a la cultura, es decir de modo tal que se consiga la armonía entre el orden natural y el orden cultural.

jueves, 10 de julio de 2014

La que te cuelga no te deja pensar bien

Rodrigo Liendro es un travestido que trabaja en la Municipalidad de Salta. Su nuevo DNI lo sindica como mujer, pero la naturaleza se empecina en mantenerlo como varón. Al parecer esa identidad confusa, en lugar de ser un problema para él, terminó siendo una bendición, pues el Intendente Miguel Isa lo convocó para que se integre a la Municipalidad en el rol de funcionario.

Liendro coordina un organismo llamado algo así como Dirección General de la Diversidad. Nadie sabe bien para qué sirve exactamente este organismo, pero todos están seguro que quienes lo integran cobran sueldos bastante generosos.

Pues bien, recientemente Liendro envió un proyecto al Concejo Deliberante de Salta para que se iguale el precio de entrada en los locales bailables. Al parecer a este personaje le molesta el famoso "damas gratis".

En principio uno podría pensar que Liendro propone que, así como se permite que las mujeres entren a un boliche y no paguen, así también los hombres deberían gozar de la gratuitidad, para evitar una situación de discriminación. Pero no es eso a lo que apunta Liendro. En su mente convertir privilegios en derechos es deseable, siempre y cuando el beneficiado no sea un hombre, ya que eso alimentaría la cultura "falogocrática" y sandeces por el estilo. Por tanto, lo que Liendro propone en realidad es que la mujer se vea a partir de ahora obligada a pagar su entrada: su idea es revocarle sus privilegios.

Detrás de ese "igualitarismo" está la idea de que una mujer, para hacerse respetar, debe estar a la misma altura que los hombres. Esto es impracticable, pues si bien pueden modificarse las diferencias culturales, JAMÁS podrán modificarse las diferencias biológicas. Si hoy en día las mujeres gozan de privilegios es gracias a que se encuentran en una situación de desventaja biológica, la cual es compensada culturalmente. Borrar la diferencia cultural es generar desequilibrio (con la misma lógica de Liendro las licencias por maternidad deberían ser más cortas y las mujeres deberían esperar más para jubilarse).

En realidad lo que propone Liendro suena tan estúpido porque él incluye entre el conjunto de las mujeres a los travestidos. En muchas discotecas salteñas a los travestidos les cobran como hombres, no como mujeres. Liendro quiere revertir esa situación, pues está eliminando privilegios femeninos con la excusa de un feminismo de poco vuelo para que el travesti no se sienta diferente, cuando, precisamente, quiere ser un diferente. Embiste contra las mujeres (algo así como el 50% de la población) para favorecer a los suyos (individuos que no deben el 5% de la población).  

martes, 8 de julio de 2014

La salvación por las obras

El indignante escándalo del IPV terminó con la intervención del organismo por orden del Gobernador Urtubey. Ahora el interventor Posadas aplica políticas de tolerancia cero hacia la turbiedad

Esta apuesta por la transparencia es sana, pero tiene el problema de ser tardía. Y no parece ser tampoco general, pues es sólo el IPV el que está siendo sometido a un proceso de transparentamiento. ¿Qué hay, por ejemplo, de los ministerios? ¿Y que pasó con el Fondo de Reparación Histórica?

Recientemente el Papa Francisco sugirió (con ímpetu revolucionario según sostienen algunos) que aquel corrupto que le roba dinero al pueblo debe devolverlo. Es lo que le corresponde. Hoy en día el corrupto es acusado, denunciado y hasta penado, pero no tarda demasiado en volver a reubicarse. Es que una vez que pasa el vendaval se reúne rápidamente con su botín. Si Cristina Kirchner deja el poder hoy, puede vivir orondamente de lo que gana con sus inversiones hoteleras mañana. Dichas inversiones, se sabe, son fruto de la corrupción. Según la propuesta del Papa, a nuestra Presidente le correspondería renunciar a esos hoteles, devolvérselos a la gente, pues fuimos nosotros quienes los pagamos. 

Que hermoso sería ver que toda esa gente que se hizo rica de la noche a la mañana gracias a su ingreso nepótico al Estado renuncie a todo lo que consiguió sin merecerlo. Sería una alegría para el trabajador honesto, pero más reconfortante sería para el propio corrupto, quien por fin podría mirar a los ojos a sus hijos, a sus padres o a sus vecinos y decir que no son unos viles ladrones. 

jueves, 3 de julio de 2014

Los "ET"

No, no ese ET
El año pasado el nefasto Daniel Filmus tuvo los bríos de querer convertir a la catástrofe nacional de los "ni-ni" en un motivo de orgullo. Cinismo del más puro. Ahora bien, considerando la perversidad de este sujeto, no me extrañaría oírlo condenar a esos pocos jóvenes que estudian y trabajan, los hoy raros "ET". 

Clarín produjo un artículo abordando el tema. Allí se lee que, según los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares, el 10,9% de las mujeres y el 10,3% de los varones argentinos de 14 a 24 años estudian y están activos en el mundo laboral. El texto recoge testimonios de muchos jóvenes que afirman que, gracias al trabajo, se han vuelto más responsables y más despiertos (ya que deben hacer un esfuerzo extra para cumplir con sus obligaciones y no solicitar una merma de las exigencias escolares que puede afectarlos en su futuro).  

Hace treinta años atrás, ser un "ET" era lo normal. Hoy en día el gobierno ve con malos ojos la multiplicación de esta gente con cierta autonomía financiera y un criterio propio de pensamiento forjado al calor del contacto cotidiano con lo real.