martes, 30 de julio de 2013

Basta de odio gay

Una guerra que recién comienza

Quienes nos opusimos a la sanción de la ley que habilitaba el matrimonio entre homosexuales lo hicimos convencidos de que ello no era una guerra sino apenas una batalla. En aquel entonces sabíamos que permitir esa aberración era el primer paso para permitir muchas otras aberraciones complementarias: adulteración de documentos oficiales con la excusa del “cambio de género”, adoctrinamiento pervertidor en las escuelas, alquiler y venta de seres humanos, persecución ante quienes hablan con la verdad, y muchas otras cosas más.

La guerra de la que hablo enfrenta, de un lado, al ciudadano común que sólo quiere trabajar, amar y ser feliz junto a su familia, y, del otro, al lobby gay que busca impedir el bienestar de la gente común para satisfacer así su odio y calmar su resentimiento.

Homosexuales y gays

Hay que distinguir entre el homosexual y el gay. Un homosexual es una persona que tiene una inclinación sexual antinatural, alguien que introduce cosas en su cuerpo allí por donde deberían expulsarse. Si un homosexual afirma que una persona de otro sexo no lo atrae físicamente, ello no valida ni justifica la aberración, vale decir si una persona no siente deseo sexual por otra persona debido a no ser del mismo sexo, eso no significa que la homosexualidad esté bien o que sea algo natural. Significa, por el contrario, que esa persona está enferma, pero no lo está como alguien que padece de gripe sino más bien como alguien que es adicto a las drogas. El homosexual (al igual que el drogadicto) puede curarse, simplemente, resistiendo a lo que lo tienta.

Ahora bien, el caso del gay es diferente. El gay es un homosexual que ha convertido a su enfermedad en una ideología política. El gay, normalmente, es una persona que siente que se ha defraudado a si mismo y que ha defraudado a todos los demás por padecer de la inclinación sexual desviada, y, en lugar de dedicarse a la resistencia y a la renuncia al monstruo de la homosexualidad, como su espíritu es débil opta por celebrar aquello que debería avergonzarlo. El gay no es como un calvo que simplemente se resigna a vivir sin pelo, el gay es alguien que busca que los demás lo reconozcan como un ser superior y pretende que todos ejerciten la homosexualidad de un modo u otro, humillando así a quienes creen que los han humillado.

La plaga del arcoiris

El movimiento gay o LGBT –lo que yo llamo “elegebetismo”– es la expresión radicalizada del libertarianismo: un condensado ideológico en el que confluyen lo peor de la izquierda y de la derecha. En efecto, el libertarianismo es la fusión de la derecha económica (capitalismo salvaje, consumismo y desigualdad económica) y la izquierda social (progresismo, exaltación de las minorías e igualitarismo cultural), pensado para imponer un sistema que vomite pan y circo a nivel global: una cultura estandarizada que no sólo no admite barreras de ningún tipo –como las nacionales, religiosas o morales–, sino que además procura erosionarlas.    

Bandera del lobby gay
El elegebetismo funciona como un mesianismo de minorías, que enseña a sus adherentes a percibirse como portadores del fuego de la “sagrada libertad individual” -que, en realidad, no es más que un eufemismo para el libertinaje. Su propósito es lograr la ovación unánime por convertir al sexo (y me refiero solamente al acto sexual) en una actitud de vida, y colocarlo como epicentro del debate sociopolítico actual: el mundo, la sociedad y la historia tienen sentido para los gays si pueden ser vistos desde la escotilla de popa. 

Precisamente allí reside la repugnancia instintiva que el circo elegebetista causa en la mayoría de la población: no es lo que dos hombres o dos mujeres hacen en una cama lo que es repelente, sino que aquello que provoca indignación es la confirmación de que tanto hedonismo es propio de desequilibrados mentales, de gente obsesionada con el sexo, de adictos que no pueden curar el mal que los aqueja.    

Decía Nietzsche que aquel que no conoce nada mejor en la tierra que la satisfacción de sus instintos tiene el alma llena de barro. En ninguna civilización, durante ningún momento de la historia, el sexo ha tenido una presencia menor que la que su importancia exige. Pero tampoco nunca antes se lo ha situado tan alto como ahora, pues siempre ha habido algo más importante en lo que pensar. Al colocar el sexo como Alfa y Omega de la ambición humana, el elegebetismo es sintomático del tipo de civilización que es la nuestra.  

El Papa Francisco: Apóstol del Orden

Reconforta que Su Santidad Francisco decida tomar al toro por las astas. El elegebetismo encubre su agenda con la bandera de los Derechos Humanos. Por tanto ir en contra del mismo pareciera convertirlo a uno en un potencial “genocida”. Pero no es así. Los Derechos Humanos no tienen por objetivo crear una sociedad atomizada en donde cada cuál persigue únicamente su interés, eso es sólo una interpretación pervertida que hacen precisamente aquellos quienes quieren que los vínculos sociales se fracturen para que quede en pie solamente el vínculo del dinero.

En el avión que unía Brasil con Italia, Francisco habló el domingo sobre el lobby gay que se expande globalmente y que hasta ha llegado a infiltrarse en la Iglesia Católica. Allí dijo lo que todo católico sabe y practica: no es el pecador quien debe ser rechazado sino el pecado, o, lo que es lo mismo, no es la práctica de la homosexualidad el problema social (pues ello sólo es un problema que cada individuo debe enfrentar en su fuero íntimo) sino el elegebetismo.

Los elegebetistas locales opinaron sobre lo que dijo el Papa y, como siempre, sólo dejaron en evidencia que además de pecar sin reflexionar sobre ello en la esfera privada su principal preocupación es convertir en pecadores a los demás, o sea su tarea consiste en llevar a cabo la obra del Maligno.

El lobbysta Alex Freyre, validando aquel dicho que dice que “el ladrón ve a todos de su condición”, acusó al Papa de ser él un lobbysta por estar en contra suyo. Semejante sandez me hace acordar a algo que leí en un portal salteño de opinión, en el que criticaban a Monseñor Dante Bernacki por decir que la profanadora ONG Greenpeace “responde a intereses internacionales y tiene claras connotaciones políticas”. El opinólogo salteño señalaba que la Iglesia Católica –que, según su punto de vista, se las da de nacional y apolítica– también es internacionalista y política como Greenpeace, cuando lo cierto es que es universalista y metapolítica, pues es la única institución que no es liderada por los hombres sino por Dios. Francisco, Vicario de Dios en la Tierra, está trabajando por recuperar ese orden.

El grano de arena

¿Qué podemos hacer los argentinos ante la plaga global del arcoiris? Creo yo que lo mejor es acompañar a nuestro compatriota Francisco y vivir buscando a Dios, como nos enseñó nuestro amigo Jesucristo.

jueves, 25 de julio de 2013

El Papa Francisco habla sobre las drogas

En Hispanoamérica hay muchos personajes que quieren liberalizar el consumo de drogas. Presidentes de Guatemala, Colombia, México y Brasil han planteado abiertamente la posibilidad. En el Uruguay de José Mujica directamente se ha dado ese arriesgado paso y ya se está camino a ello. Y en nuestro país no faltan todos esos promotores del genocidio que, desde la tribuna política, hacen campaña por la causa (v. gr. Victoria Donda, Aníbal Fernández, Ricardo Gil Lavedra, Eugenio Zaffaroni y varios otros). 

El Papa Francisco, en cambio, en su campaña por combatir a todos los cínicos y perversos que alejan a la gente de Dios, les ha dicho a estos verdaderos mercaderes de la muerte:
No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química.
La plaga del narcotráfico, que favorece la violencia y siembra dolor y muerte, requiere un acto de valor de toda la sociedad.
Es preciso afrontar los problemas que están a la base de su uso promoviendo una mayor justicia, educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida común, acompañando a los necesitados y dando esperanza en el futuro.

miércoles, 24 de julio de 2013

La campaña sucia

Políticos contra ciudadanos

Si hay algo que caracteriza a la campaña electoral de este año en Salta es su suciedad. Es sucia porque hay una competición por ver quien enchastra más paredes. En un país donde hay escasez de trigo y el precio del pan se fue a las nubes, a la harina no se la está usando para hacer alimento sino para preparar el engrudo que termina sosteniendo unos afiches que, con suerte, sobrevivirán uno o dos días antes de ser profanados, arrancados o tapados por nuevos afiches. Y ni hablar de los incontables litros de pintura desperdiciados, que a estas alturas bien podrían haber servido para reacondicionar escuelas (como esa escuela que hace poco fue vandalizada por un grupo de lesbianas extremistas).  

Típica pared salteña en épocas de elecciones
La Municipalidad de Salta, por ejemplo, anunció que sancionará a quienes coparon las paredes indiscriminadamente incluso antes de que se lance oficialmente la campaña. Sin embargo también señaló que la multa monetaria podrá ser suplantada por la promesa de restaurar la limpieza una vez que concluyan las elecciones. Es decir, mientras sea tiempo electoral, los ciudadanos tendremos que tolerar la impune violencia de una campaña que se ocupa de colonizar paredes y postes, y luego, con suerte, podremos volver a habitar las ciudades en las que habitábamos antes del vendaval político. 

Prácticamente todos los municipios de la provincia buscan imitar la decisión del municipio capitalino, garantizando así la agresión de la casta política contra el ciudadano común. Rosario de la Frontera intenta ser la excepción, ya que su Concejo Deliberante aprobó la propuesta de directamente frenar la parafernalia afichera y muralista, obligando a las fuerzas políticas en pugna a replantear su estrategia propagandística.

Las bajezas

La excepción, claro, la genera el olmedismo. En efecto, desde Salta Somos Todos se ha decidido no tapizar las calles con fotos y nombres, sino utilizar diversos medios para acercarles las propuestas a la gente. Porque todos sabemos que Romero, Urtubey y Biella quieren ser Senadores de la Nación, pero aún estamos esperando saber cuáles son sus propuestas para mejorar la vida de los salteños. Ninguno de ellos ha hablado, por ejemplo, de temas sensibles como la reinstauración del Servicio Militar Obligatorio o la lucha frontal contra el narcotráfico y la cultura de las drogas que tantas vidas se está llevando día a día. ¿Será quizás porque –a diferencia de Olmedo que si aborda esas cuestiones– sus posiciones fluctúan, y tal vez estén hoy de acuerdo y mañana en contra o al revés, dependiendo siempre de para donde sople el viento de los que mandan desde Buenos Aires (y desde Washington, Nueva York o Londres)?  

Lo peor de todo son las bajezas. Romero ha utilizado su diario para atacar a la madre de Urtubey por supuestamente haber maltratado a una empleada doméstica suya, dando a entender que la “misma sangre” es repugnante. A su vez, desde el gobierno han mandado a un pelele como Federico Posadas a decir que la candidatura de Zottos responde a una estrategia antidemocrática de la Oposición para debilitar al Oficialismo. Y ni ganas tengo de hablar acerca de los cruces verbales entre Zottos y Loutaif, o entre los renovadores que intentan recuperar su partido y los que buscan asegurarse sus puestos de funcionarios ante la decepción del aún vivo Roberto Ulloa. 

Olmedo, en cambio, permanece ajeno a esas disputas. Porque Olmedo no es un político oficialista ni opositor: la guerra entre Urtubey, Romero y Zottos es una guerra entre políticos, los tres buscan asegurarse su futuro, olvidando que lo que en realidad deberían de hacer es estar pensando en como trabajar por el pueblo salteño. Olmedo hace esto último, de allí que su discurso sea diferente. Y Olmedo es tan diferente de los demás candidatos que éstos le tienen el miedo suficiente como para evitar debatir con él.

Además, no lo olvidemos, Olmedo inquieta al poder local que sirve al gobierno nacional, ¿o ya nadie se acuerda del policía vinculado al narcotráfico que, una vez capturado, confesó que había realizado espionaje ilegal en contra de Olmedo durante 2011? La Presidente dijo que le “corrió un frío por la espalda” cuando se enteró de las operaciones de espionaje norteamericano denunciadas por Edward Snowden, ¿y lo que mandó a hacer Urtubey no le generó algo parecido?

domingo, 21 de julio de 2013

El niño trabajador o la educación por las cosas

En una caminata por la ciudad de Salta, Alfredo Olmedo se topó con un niño que acompañaba a sus padres mientras vendían medias y sombreros en la vía pública. Nuestro Diputado Nacional elogió al joven, resaltando lo importante que es para cualquier persona empezar desde pequeño a comprender como funciona el mundo en el que se habita. Ese muchacho, además de compartir las tardes de sus vacaciones escolares con sus padres, está haciendo lo que Juan Bautista Alberdi denominaba “educación por las cosas”, que no es más que experimentar directamente el ámbito en donde se producen los intercambios comerciales, el lugar en donde la demanda se encuentra con al oferta, el sitio en donde las personas ponen a andar a la vida cotidiana. De esa manera el niño aprenderá que las cosas nunca son gratis, que allí donde hay un derecho hay también una obligación. 

Sin embargo no faltaron quienes, horrorizados por encontrar a alguien que se mueve a contramano del discurso hegemónico, criticaron a Olmedo. Uno de ellos fue Carlos Morello. Lo de Morello, creo yo, es demagogia. Porque Morello (al igual que muchos progresistas como él) confunde el concepto de “trabajo” con el de “explotación”. Hacer la ecuación “trabajo = explotación” es la manera más escandalosa de impedir la recuperación de la cultura del trabajo, que es, dicho sea de paso, una de las principales metas del mal denominado “progresismo”. Ningún niño (y ningún adulto) debería ser explotado, es decir nadie debería “trabajar” en prostitución, venta de drogas, mendicidad, robo o cualquier otra actividad indigna. Pero para los progresistas (y Morello es uno de ellos) la prostitución debe ser legal “para acabar con las redes de trata”, las drogas deben circular libremente “para no criminalizar a los consumidores”, las cárceles deben poner en las calles a los que atentan contra la propiedad privada “para reinsertar a los excluidos”. Es decir, la lógica del progresismo consiste es ser ilógico. Es por ello que Morello critica a Olmedo, y allí en donde hay alguien construyéndose un futuro él ve a una víctima.

Hace cincuenta años atrás uno se encontraba con muchas personas que eran analfabetas pero que mostraban una gran predisposición a esforzarse y aprender un oficio para progresar trabajando. Hoy, en cambio, se da en muchos casos la paradoja de gente que sabe leer y escribir, gente que incluso tiene un título que acredita que concluyeron los estudios de nivel medio, pero que, pese a ello, no manifiestan las actitudes necesarias para la vida laboral. Es que el trabajo, lamentablemente, ya no es percibido como un medio para el progreso personal, sino que más bien se lo entiende como una carga incómoda que perturba la vida fácil. Digámoslo claramente: ya casi no se preparan, en la escuela o en la vida familiar, personas dispuestas a enfrentar el desafío de la vida laboral.

Es por ello que resulta urgente la recuperación de la cultura del trabajo. Y hay que hacerlo desde abajo: son los más jóvenes los que más precisan ver que la recompensa por el esfuerzo es la auténtica autonomía. La responsabilidad, el orden y la higiene –hábitos que, en la actualidad, muchos consideran intrascendentes– son un producto de la cultura del trabajo que se transfiere a la vida cotidiana: hoy en día cuesta muchísimo encontrar jóvenes higiénicos, ordenados y responsables. Trabajar no es sólo un medio para pagar deudas o consumir bienes y servicios, es una manera de sentirse libre (algo que, según la opinión progresista, es una barbaridad que no tiene nombre). 

martes, 16 de julio de 2013

Marcando el camino


En el mes de abril, el Diputado Nacional Alfredo Olmedo presentó un proyecto para que la Ruta Nacional Nº 9 sea rebautizada con el nombre “Papa Francisco”. Al día de hoy, dicho proyecto duerme en los cajones del Congreso de la Nación. Sin embargo, como las buenas ideas no son propiedad de una persona, desde Jujuy nos llegan noticias que nos alegran: sucede que el Intendente de San Salvador de Jujuy, el radical Raúl Jorge, lanzó la propuesta de rebautizar con el nombre del actual Sumo Pontífice de la cristiandad al tramo de la Ruta Nacional Nº 9 que va desde el río Los Alisos hasta la nueva Terminal de Ómnibus.

La iniciativa tiene fundamentos muy similares a los que Alfredo Olmedo proporcionó en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Probablemente algún cristianofóbico pondrá el grito en el cielo ante lo que cree una ofensa contra su persona, sin embargo espero que la mayoría católica no se deje doblegar por la opinión de un puñado de desviados. No es el Papa ni el Intendente los que necesitan el gesto del rebautizamiento de la ruta, somos todos los argentinos.  

domingo, 14 de julio de 2013

Una de cal y dos de arena

Después de que el Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta vergonzosamente rechazó la excelente propuesta del concejal Aroldo Tonini de convertir a localidad en un “Municipio Pro Vida”, la Justicia provincial, a través de dos decisiones, le puso un freno a tanta cínica e impúdica promoción del genocidio.

La Corte de Justicia de Salta, por un lado, rechazó los pedidos de inconstitucionalidad contra el decreto de Juan Manuel Urtubey que regula el tema de los abortos no punibles; el Gobernador, al emitir dicho decreto, pautó una serie de medidas para evitar que un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación termine provocando una masacre impune de inocentes (que es lo que quienes hicieron los pedidos de inconstitucionalidad pretendían). Los jueces recordaron que el derecho a la vida es preexistente a toda la legislación positiva y no se puede avanzar contra él sin quedar como un brutal genocida. Además juzgaron conveniente estipular algunas exigencias para realizarle un aborto a una mujer que afirma haber sido violada, salvaguardando así la vida del pequeño y bloqueando la posibilidad de que se genere una canilla libre de sangre inocente.

Por el otro lado, la misma Corte de Justicia de Salta acabó con el anhelo de un grupo de fanáticos del laicismo, que intentaban erradicar a la religión de las escuelas salteñas. Aquí la Justicia se lució. Señalaron que, de no impartirse educación religiosa en las escuelas, ello “perjudicaría a los niños de los sectores carentes de recursos que no pueden concurrir a una escuela privada o que viven en lugares alejados de los centros urbanos y cuyos padres, muchas veces por razones laborales, no tienen posibilidades de instruirlos en la religión.” Ello es totalmente cierto. El pedido de la Asociación por los Derechos Civiles (la ONG que hace campaña en contra de la presencia de lo religioso en las escuelas) estaba sustentado en la idea de que la religión es un apéndice en la vida de las personas, cuando en realidad, por motivos antropológicos, es sabido que es todo lo contrario.

Si los políticos, para subirse al tren de la moda, han optado por permitir y promover el asesinato de niños por nacer, desde el Poder Judicial, al menos, se busca minimizar el daño. Es por ello que fortalecer la separación de poderes –o, lo que es lo mismo, defender a la República– es tan importante para no ser arrastrados con la decadencia de los tiempos. 

sábado, 13 de julio de 2013

Una mañana en Tartagal

Vecinos del barrio Tomás Sánchez –un sector con muchas carencias perteneciente al municipio de Tartagal– cortaron la ruta nacional 34. Estaban enfurecidos con Roberto Pardo, un puntero que responde al Intendente Sergio Leavy, pues él es el único en esa área cuya vivienda goza de los servicios básicos mientras a las demás casas les falta prácticamente todo en materia de infraestructura.
    
Por esas casualidades de la vida, Alfredo Olmedo se encontraba en la zona, visitando el Norte provincial como parte de sus actividades de campaña para Senador Nacional. Así fue que se topó con el piquete y se ofreció como mediador. Vecinos y autoridades municipales se reunieron, entonces, en la sede del gobierno de la comuna para entablar el diálogo y buscar una salida pacífica al conflicto.

El episodio no tiene nada de extraordinario: corruptos de un lado, gente exigiendo lo que le corresponde por derecho del otro, y un hombre de buena voluntad intentado apaciguar el incendio en el medio. Lo que si es llamativo es la reacción de las autoridades de Tartagal. El propio Sergio Leavy dijo que sospecha de que hubo “algo raro”, pues considera a los conflictos como algo “inducido”. Y es verdad: el reclamo de la gente fue inducido… inducido por la bronca de saberse argentinos y ser tratados peor que como tratan a los extranjeros, inducido por la desidia y el desinterés que frente a sus problemas manifiesta el gobierno, inducido por el sentimiento de querer frenar tanta corrupción que los azota.

Cínicamente Leavy apuntó que “empezamos con las cloacas, y enseguida aparecen los reclamos por la instalación de gas”. Es lógico. Algunos trabajan sólo cada dos años, en épocas de elecciones para cosechar votos. Si los vecinos no exigen la pronta instalación de la red de gas natural que esperan desde hace décadas, entonces tendrán que esperar a la próxima elección para tener aquello que es tan fundamental para la vida cotidiana.  

Diego Andriano, el brazo derecho de Leavy, fue aún más cínico que el Intendente. Dijo textualmente: “no dejé de decirles a la gente de Tomás Sánchez –que hace 40 años que esperan por las cloacas– que no les hace nada esperar dos semanas más”. Increíble. Y más increíble aún fue lo que sostuvo con respecto al tal Pardo: “ya hemos pasado memorandum al asesor legal del municipio, en donde se pide que se inicie el sumario administrativo correspondiente y que se investigue hasta las últimas consecuencias”. Si Olmedo no intervenía, ¿la Municipalidad de Tartagal iba a plantear las soluciones tan velozmente?

jueves, 11 de julio de 2013

¿Quiere alguien pensar en la gente?

Salta vive una patética guerra de pegatineros. Andrés Zottos denunció haber sido agredido por muchachos vinculados al gobierno provincial a los que atrapó in fraganti destruyendo sus carteles, pero desde Grand Bourg sostienen que los violentos eran gente de Juan Carlos Romero. A su vez, aparecieron pintadas a favor de Romero en muros que ya tenían pintadas religiosas y artísticas, lo que provocó la ira de muchas personas que juzgan ofensivo la vandalización política de esos espacios. Viendo como vienen las cosas, esas pintadas romeristas bien podrían ser obra de anti-romeristas que apuestan a indignar a la gente en contra del Senador Nacional que va por su reelección.

A estos episodios en las calles, se suman los episodios en la web: numerosas cuentas falsas en Twitter (y seguramente también en Facebook) pululan con la intención de posicionar a Urtubey como tópico de moda en las redes sociales. Trucos sucios por todas partes.   

Godoy resulta coherente, algo raro pasa en Salta
En plena competencia de injur…, quiero decir en plena campaña electoral, me sorprendió que la voz de la coherencia sea la de Manuel Santiago Godoy, alguien que justamente no se caracteriza por ello. El “Indio” propuso que, para evitar los numerosos microdesmadres, todos los candidatos se reúnan en un mismo lugar a dar un debate público. Su idea me parece totalmente acertada; se la podría optimizar estableciendo que el debate sea diario –mientras dura el tiempo oficial de campaña– y que sea transmitido en vivo por Internet y retransmitido en un horario conveniente para la audiencia a través de la televisión de aire.

Ya sabemos que Zottos, Urtubey, Romero, Biella, Foffani, Zacarías, Villafañe y Olmedo son candidatos, ahora queremos saber que proponen para solucionar los problemas de la gente. En una página el diario nos habla de un niño que, en su escuela, fue atrapado por posesión de droga, y en la página siguiente vemos que en lo que va del año cien personas han perdido su vida en siniestros viales. Sobre eso deberían estar hablando nuestros políticos y no sobre carteles, pintadas y redes sociales.     

martes, 9 de julio de 2013

Seamos libres, es decir obedezcamos a Dios


La Declaración de la Independencia es uno de los acontecimientos decisivos en la historia de nuestro país, aunque no está de ningún modo concluida porque es un proceso permanente que se debe interpretar como hecho histórico y esencial de la vida humana, al que hay que ir conquistando y manteniendo constantemente como individuos y como pueblo. 

Por allí pasa el acuerdo, el diálogo, la libertad de expresión, la justicia y otros clamores de fraternal convivencia. El andar de la humanidad patriota demuestra que ese es el camino para salir de sucesivos cálculos viciosos de buscar individualmente la conveniencia personal a costa de los demás.

Dios nos asiste, nos acompaña y nos guía mientras seamos fieles a nuestros valores, principios y tradiciones, así la independencia se acrecienta y vive. Desde aquellas jornadas de 1816, con una activa y numerosa participación de la Iglesia, creció un gesto de esperanza. No era fácil, pero en ese ambiente se cultivaban dos rasgos fundamentales, según lo decía Nicolás Avellaneda: "era patriota y era religiosa, en el sentido riguroso de la palabra; es decir, católica como ninguna otra asamblea argentina." Un dato es la composición de aquel Congreso de la Independencia: 18 eran seglares y 11 sacerdotes.

El hito de Tucumán se transforma en permanente desafío, motivado por el hacer cotidiano, al cual hay que darle respuestas concretas. Sólo el impulso de la historia y la mancomunada decisión ciudadana pueden hacer realidad lo que tantas veces proclamamos. 

lunes, 8 de julio de 2013

El Líder de las Feromonas, el Muñeco Kent y la Moni Argento de Salta

Después de un periodo de silencio, El Intransigente vuelve a publicar una hilarante columna de José de Álzaga

Esta vez se despacha contra Juan Manuel Urtubey:
El “Joven Maravilla” tiene más vocación por la parranda etílica que por la administración de la cosa pública, tanto como para haber extenuado a verdaderos “Honoris Causa” de la jarana como “Los Nocheros” y el Chaqueño Palavecino que han agotado cosechas íntegras de Catena Zapata en noches de merodeo desenfrenado. Ahora parece que les ha tocado el turno de obrar como destapa corchos a “Los Huayra” y "Los Tekis". Decid que todavía no ha decidido emular a Calígula y nombrar a su caballo “Tío Julio” como ministro…, que al fin de cuentas, muestra mucho mejor paso que varios que hoy ocupan sus ministerios. 
No, si en ocasiones pienso que este tarambana hace todo por molestar mi conciencia y agredir mi temperamento, como que bien me conoce y sabe dónde hincar la espina, como ha hecho con este último acto de vandalismo cultural de apadrinar a ese atado de marihuaneros confesos, que sacuden sus resortes pilíferos con la iracundia de un alienado y actúan bajo el sugestivo nombre de “Mi Karma Gonzáles”; ¡Éste Juan Manuel es MI Karma! 
¿Dónde se ha visto a un gobernador apadrinando a una cuadrilla de sediciosos que le cantan loas a los barbitúricos y enseñan en sus letras a burlarse de la policía? Nada menos se puede opinar cuando uno lee que El Intransigente los presenta como un grupete que toca “ritmos característicos de Jamaica hasta los sones colombianos”; ¡Justamente, las patrias de los estupefacientes! Ese video constituye una apología del anarquismo y la indolencia,  una verdadera “noticia críminis” que en la época del egregio Júcaro ya habría sido denunciado por algún juez que habría actuado de oficio.
Contra Andrés Zottos:
Ya desde esta columna habíamos batido el alerta contra las imprudencias del "Joven Maravilla" que con sus delirios de picaflor cebado  andaba exponiendonos a quedar en manos del unineuronal de Andrés Zottos, hasta que éste por fin haciendo uso de su rezagada sinapsis optó por el suicidio político. 
A darnos razón de nuestras advertencias ha venido a contribuir este último episodio protagonizado por este “Muñeco Kent” casero; un insulso convidado a la mesa del poder cuyos únicos cinco minutos de fama protagonizando algo realmente hecho por él, fue ese vergonzoso episodio de pendencia suburbana donde dice haber cruzado puños con unos cuantos pungas que cumplían la solidaria tarea de limpiar la Ciudad de Salta de la contaminación visual que producía su rostro abombado de tanta toxina botulinica cosmética (Botox, para los no iniciados); tanto que el golpe que denuncia haber recibido ni siquiera quedó marcado porque sabido es que el plástico recupera su forma anterior con una presión de aire, y de eso Zottos tiene mucho en la cabeza. 
Ahora venimos a descubrir que Zottos patrulla la noche salteña ejerciendo justicia por mano propia y de tal manera que no sólo le gana el lance a una patota de originarios indómitos, sino que hasta efectúa un arresto ciudadano y les toma declaración grabando los dichos; todo, sin que su cuerpo sufra menoscabo alguno. Una capacidad que haría palidecer de envidia al propio “Capitán América”, ya que ni éste héroe urbano con toda su tecnología cuenta con la prensa propia que documentó en sugestivo detalle cada momento de tan "sospechosa" acción. Lastimosa muestra de la desesperación de un Zottos, a estas alturas un confeso perdedor que dejado grabado su vocación de segundo. 
Y contra Liliana Mazzone:
Y digo, que el desmadre en esa Salta no termina con la exposición de estos caballeros de la jeringa convulsionándose en un escenario, sino que se completa con la exposición impúdica, tanto corporal como política de la Diputada Liliana Mazzone, que con aires de vedetonga exhibe indecorosamente sus formas, yacente sobre la arena cual cetáceo varado en la orilla, y teniendo el tupé de criticar los derrapes de estos políticos de pacotilla, mientras ella dilapida los dineros en un país foráneo. ¡Marche una inspección de AFIP para controlar esos dólares! Verdadera actitud apátrida en un momento en que la Presidenta Cristina Kirchner trata de encauzar la marea verde, no la que la baña a la Mazzone, sino la de los dólares. 

sábado, 6 de julio de 2013

Sobre las asignaciones familiares

Los nombres y las sangres

La lista oficial con la que el Frente para la Victoria de Salta encarará las elecciones de este año es una obra maestra del nepotismo esotérico. “Urtubey” e “Isa” son los apellidos más visibles en la boleta. Si a ello se le suman los nombre simbólicos de “Evita” (Isa) y “Cristina” (Fiore), parecerá que el Oficialismo consiguió recrear cierta mística peronista en la que se combina a dos hombres de acción con dos mujeres de entrega. Sin embargo ello no es más que una ilusión óptica.

Urtubey, en este caso, es Rodolfo, un representante de la capital (de la Capital Federal) que con casi 200 millones de dólares en el bolsillo no supo hacer lo suficiente como para comprarse el corazón de los salteños.

Lo de Evita Isa es también penoso. La hija del Intendente se presenta como la novedad pero no demuestra ninguna intención de innovar. Es decir cuando Evita Isa sostiene eufórica que “la reforma de la Justicia es una lucha que recién se inicia” y se declara a favor de la eliminación de la República, queda claro que su sangre no es nueva sino tan sólo más joven: es más de aquello que actualmente nos está hundiendo, sólo que en un envase nuevo.

Mientras la mayoría de los kirchneristas empiezan a planificar su abandono de la delirante epopeya totalitaria de Cristina Kirchner (para refugiarse en las filas de Massa, Scioli, Sabatella o cualquier otro), Evita Isa no tiene problemas en admitir que está dispuesta a despojarse de su independencia en Salta y bancar lo peor del régimen K si llega a Buenos Aires. Y lo más indignante de todo es que a su campaña tan obscena la pagamos entre todos, gracias al famoso impuestazo que Miguel Ángel Isa impuso para financiarle la carrera a su hija sin tener que estar pidiéndole fondos a nadie.     

Peor que Caín

En la lista del Frente Popular Salteño, es decir en la lista de Juan Carlos Romero, aparece Sonia Escudero. La señora Escudero va por su tercer mandato como Senadora de la Nación, o sea intenta asegurarse seis nuevos años en su cargo para llegar a cumplir los 216 meses viviendo orondamente de la política.

Pero el principal problema del Frente Popular Salteño no es Escudero intentándose eternizar en el puesto, sino que lo más criticable de esa fuerza política es la presencia del propio Juan Carlos Romero. Al Júcaro los salteños lo hemos tolerado durante demasiados años. Sabemos, por tanto, que clase de persona es.

Ahora resulta que es Roberto “Tito” Romero el que nos recuerda de qué hablamos cuando hablamos del Júcaro. En una entrevista con Mario Peña, “Tito” Romero recordó que fue el propio Senador Nacional el que convenció a los otros Romero dueños de El Tribuno para que lo expulsen de la dirección del diario, allanándose así el camino para convertir al diario líder de Salta en un vocero oficial del Júcaro. Y agregó que sus sobrinos, es decir los hijos de Juan Carlos Romero, son igual de codiciosos, inescrupulosos y viles que el padre que los engendró. La misma sangre, la misma lucha.

Las pymes

Al frente del Oficialismo y la Oposición está Salta Somos Todos, una lista que propone el cultivo de valores, la revolución de ideas y la clarificación de los discursos para promover la Fraternidad entre compatriotas. Por supuesto que es Alfredo Olmedo el nombre más reconocible de Salta Somos Todos. Este hombre, dueño de una importante fortuna, quijotescamente optó por saltar a la arena política con la intención de ponerle un freno al descarrilamiento social, cultural y económico que vive la Argentina contemporánea. Pese a que hace cuatro años reside en Capital Federal, Olmedo es uno de los salteños que en los últimos 48 meses más han recorrido la provincia, visitando ciudades y pueblos, conversando con la gente, involucrándose en la comunidad.

Junto a Olmedo hay otra gente como Jasbel Singh o Ramona Riquelme, una para aportar juventud y la otra para aportar experiencia. Ninguna de las dos es familiar, ni amante ni siquiera amiga de Olmedo, pero ambas si son dos ciudadanas con una gran sensibilidad social y un inquebrantable compromiso con los buenos valores que merecen ocupar los cargos electivos que de otra manera quedarían en manos de chupópteros como Evita Isa o Sonia Escudero.

También frente a Salta Somos Todos, y a la par del Oficialismo y la Oposición, aparecen otras fuerzas provinciales que apuestan –a diferencia del olmedismo– por cerrar la política a la ciudadanía para tornarla en un asunto de familias disputándose los dineros públicos. Un caso paradigmático es el del Partido Obrero, en donde el matrimonio formado por Claudio del Plá y Cristina Foffani se las arreglan para embaucar a muchos salteños (especialmente a los jóvenes) con el fin de venderles rebeldía cultural y cambio social sólo para cobrar una cifra proveniente del tesoro público que de otra manera no podrían obtener.   

Y otra familia que busca convertir a la política en su modus vivendi (olvidándose que el político está para servir a la gente y no para servirse de ella) es la familia Biella. Bernardo y Juan Biella estuvieron a punto de sabotear el acuerdo al que habían llegado la Unión Cívica Radical, el Partido Propuesta Salteña y el Frente Amplio Progresista, embriagados de una soberbia que los llevó a intentar imponer los nombres de la lista que su coalición presentaría para las elecciones. Una muestra de prepotencia lamentable de alguien que triunfó en política gracias a los votos prestados.  

Es ley el Registro de Violadores

El arte de actuar cuando ya es demasiado tarde

La sanción de una ley para la creación de un banco de datos genéticos destinado a registrar a quienes cometieron delitos sexuales en la Argentina generó polémica. El proyecto, que hacía bastante que dormía en los cajones del Congreso de la Nación, fue aprobado de urgencia gracias a la conmoción que ocasionó el Caso Ángeles Rawson (el cual, según nos lo señala ahora la prensa, pareciera no haber tenido un móvil sexual como se creyó al principio).

El registro de violadores propuesto guardará datos genéticos y prontuarios de todas aquellas personas que hayan sido condenadas con una sentencia firme por un crimen sexual (las cuales, como se sabe, son muy pocas en relación a quienes no tienen sentencias firmes). También almacenará la información genética de los atacantes proporcionada por las víctimas, para de esa manera contar con evidencia de carácter biológico que pueda llegar a ser útil para la realización de una investigación.

El detalle más discutido es que el banco de datos genéticos tendrá un carácter reservado, es decir que sólo podrán acceder a la información que el banco contiene aquellos jueces o fiscales que se encuentren desarrollando algún tipo de procedimiento judicial. Ello disparó una catarata de críticas, pues hay muchos que sostienen que los datos deberían ser públicos, ya que eso serviría para que una persona que es vecina de un condenado por haber ejercido la violencia sexual pueda tomar medidas para garantizar su seguridad y la de su familia. Si ya existen bases de datos que develan la capacidad financiera de una persona, ¿por qué la ciudadanía decente no puede enterarse de quienes son los violadores, los asesinos o los traficantes de órganos que viven en los mismos vecindarios que ellos?

El mamarracho feminista

El consenso para la sanción de la ley fue muy amplio, recibiendo sólo un voto en contra: el de la feminista Marcela Rodríguez. Rodríguez dio a entender que esta ley no es más que una medida demagógica, que no promueve cambios sociales ni políticos importantes para reducir la violencia sexual, sino que, bajo el disfraz de mayor protección a las mujeres, tan sólo le aumenta el poder a la policía para criminalizar a los pobres. O algo así. Sucede que, en su nebulosa mental, Rodríguez sostiene que los violadores son hombres que exceden el ejercicio de poder que el “Patriarcado pornocapitalista” les otorga, pues obran en el marco de una “cultura de la violación” plenamente naturalizada.

Es decir mientras que para todo el mundo una violación ocurre o bien porque un hombre actúa cegado por la lujuria o bien porque una mujer genera situaciones confusas en las que luego malinterpreta sus consecuencias, para las feministas como Rodríguez la violación, en cambio, es producto de gestos, actitudes e instituciones vigentes que educan a hombres con instintos de violadores. Entonces proponen subvertir todo, suponiendo con ello que las personas mágicamente dejarán de dañarse las unas a las otras.

El violín más famoso

Tonterías del calibre de las vertidas por Marcela Rodríguez sirven para asegurarnos de que se está en la buena senda (pues ella plantea ir en la dirección contraria). Ahora bien, las cosas señaladas por Alfredo Olmedo, por el contrario, nos indican que todavía hay trabajo serio por hacer.

En efecto, Olmedo destacó que la ley, así propuesta, es un tanto fútil, pues sirve para generar un ranking de violadores pero no para determinar quienes han cometido una violación en una situación obscura. Argentina ha conocido varios casos de violadores seriales y es contra ellos que el Estado debe actuar, pues de ese modo garantiza el suministro de seguridad ciudadana. Marcela Rodríguez apunta que en el 70% de las violaciones las víctimas conocen el nombre de su agresor (porque se trata de familiares, vecinos, amigos, compañeros de trabajo, etc). Sin embargo contra esos cretinos el Estado no puede hacer demasiado en materia preventiva, ya que no existen medio efectivos para que se meta en la explosiva mente de un pervertido a tiempo. Frente a ese tipo de violador, el Estado –y no sólo el Estado sino también la sociedad misma– lo que debe intentar es transmitirle valores claros para que interiorice la idea de que es mejor el bien que el mal. Aunque parezca muy elemental esto que digo, tiene que tomarse en cuenta que, en la actualidad, la crisis de valores hace que muchas personas se sientan seducidas por un mal al que, gracias a la propaganda pervertidora, han dejado de sentir repugnancia. ¿Cómo esperan que un hombre se comporte como un caballero frente a una mujer si al mismo tiempo tiene que ver a la representante del sexo débil como alguien igual de fuerte que él? Lo que digo es que al borrar la diferencia entre lo masculino y lo femenino (que es básicamente lo que las feministas quieren) se borra también todo el sistema montado para que el hombre fuerte no abuse de la mujer débil, generando así una situación de competición y agresividad completamente innecesaria. 

Alfredo Olmedo sostuvo que para que el banco de datos genéticos colabore con la sociedad argentina debería guardar registro de todos los ciudadanos del país, ya que si estamos obligados a tener un DNI en el que se ve nuestra huella digital, ¿por qué no ir un paso más adelante? La pregunta es interesante. Ciertamente un banco de datos genéticos que contuviese información de los más de cuarenta millones de argentinos sería altísimamente costoso, pero no modificaría demasiado la relación entre individuo y Estado que actualmente existe en un país como el nuestro. Entonces o se replantea el tema del rol del ciudadano en Argentina o se prosigue por donde se está profundizando lo que ya se tiene. Yo creo que ambas opciones (disminuir la presencia del Estado en la vida privada o aumentarla ingeniosamente) son válidas siempre y cuando no desemboquen en el fortalecimiento de las versiones viciosas de las mismas. Me refiero, claro, a que tanto un izquierdista como un derechista político puede adoptar el garantismo jurídico que termine viendo en el delincuente a una víctima de su circunstancia, a la que hay que protegerle su privacidad para no violar la sacrosanta doctrina de los Derechos Humanos.   

Cortar por lo sano

El tema de las violaciones requiere de dos tipos de medidas: las de largo plazo (que consistirían, como ya señalé, en recuperar los sólidos valores que hoy en día están eclipsados por el relativismo y el egoísmo) y las de corto plazo. Es decir para acabar con las violaciones se requiere implementar la educación y la punición adecuada.

El tema de la punición adecuada es complejo, pero se simplifica apuntando al núcleo del problema. Esto es lo que ha hecho Alfredo Olmedo. La violación es un tema muy sensible para mujeres y hombres, porque algo así genera gran repulsión. De allí que hayan muchos que pidan la pena de muerte para los violadores. La batería de propuestas antiviolación de Olmedo busca no caer en el pedido de pena de muerte, ya que, bien considerado, el mismo deja en evidencia que es más contraproducente de lo que parece. Dicho de otro modo, si se le diese pena de muerte a un violador podría darse el caso de que muchos violadores culminaran sus ataques sexuales con homicidios para no ser identificados, ya que dejando o no a su víctima con vida el destino punitivo sería el mismo.

Es por eso que la pena de muerte para violadores es un despropósito. Lo que no es un despropósito es la castración, pero no la castración obligatoria sino la castración opcional. Supongamos que un violador es detenido, pues bien desde el punto de vista olmediano dicho delincuente se vería encerrado por un larguísimo tiempo en una prisión siendo obligado a trabajar para reparar a su víctima. Olmedo agrega que ese hombre debería, además, ser castrado, pero –como yo ya lo he indicado– la propuesta más lúcida sería la de ofrecerle la posibilidad de conmutar su encierro por la castración, siempre y cuando el violador solicite convencido el ser castrado para poder así reinsertarse como eunuco a la sociedad.