Vecinos
del barrio Tomás Sánchez –un sector con muchas carencias perteneciente al
municipio de Tartagal– cortaron la ruta nacional 34. Estaban enfurecidos con
Roberto Pardo, un puntero que responde al Intendente Sergio Leavy, pues él es
el único en esa área cuya vivienda goza de los servicios básicos mientras a las
demás casas les falta prácticamente todo en materia de infraestructura.
Por
esas casualidades de la vida, Alfredo Olmedo se encontraba en la zona,
visitando el Norte provincial como parte de sus actividades de campaña para
Senador Nacional. Así fue que se topó con el piquete y se ofreció como
mediador. Vecinos y autoridades municipales se reunieron, entonces, en la sede
del gobierno de la comuna para entablar el diálogo y buscar una salida pacífica
al conflicto.
El
episodio no tiene nada de extraordinario: corruptos de un lado, gente exigiendo
lo que le corresponde por derecho del otro, y un hombre de buena voluntad
intentado apaciguar el incendio en el medio. Lo que si es llamativo es la
reacción de las autoridades de Tartagal. El propio Sergio Leavy dijo que
sospecha de que hubo “algo raro”, pues considera a los conflictos como algo
“inducido”. Y es verdad: el reclamo de la gente fue inducido… inducido por la
bronca de saberse argentinos y ser tratados peor que como tratan a los
extranjeros, inducido por la desidia y el desinterés que frente a sus problemas
manifiesta el gobierno, inducido por el sentimiento de querer frenar tanta
corrupción que los azota.
Cínicamente
Leavy apuntó que “empezamos con las cloacas, y enseguida aparecen los reclamos
por la instalación de gas”. Es lógico. Algunos trabajan sólo cada dos años, en
épocas de elecciones para cosechar votos. Si los vecinos no exigen la pronta
instalación de la red de gas natural que esperan desde hace décadas, entonces
tendrán que esperar a la próxima elección para tener aquello que es tan
fundamental para la vida cotidiana.
Diego Andriano, el brazo derecho
de Leavy, fue aún más cínico que el Intendente. Dijo textualmente: “no dejé de
decirles a la gente de Tomás Sánchez –que hace 40 años que esperan por las
cloacas– que no les hace nada esperar dos semanas más”. Increíble. Y más
increíble aún fue lo que sostuvo con respecto al tal Pardo: “ya hemos pasado
memorandum al asesor legal del municipio, en donde se pide que se inicie el sumario
administrativo correspondiente y que se investigue hasta las últimas
consecuencias”. Si Olmedo no intervenía, ¿la Municipalidad de
Tartagal iba a plantear las soluciones tan velozmente?
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