jueves, 9 de mayo de 2013

El tercero que ahora es primero

Oficialismo Salteño, Ciudadanía Salteña y Oposición Salteña.
La campaña para Senador Nacional empieza a acelerarse en Salta. Los políticos, esos ilustres chupópteros que hace años están enquistados en los puestos públicos, pretenden mantener sus privilegios. De allí es que se pretenda instalar la idea de la “polarización”.

Para decirlo brevemente: una elección se polariza cuando la oferta electoral se reduce a dos alternativas bien definidas. En este caso a nivel nacional se busca generar un frente anti-kirchnerista (la Oposición) que se mida ante un frente kirchnerista (el Oficialismo), y se intenta que ello se repita en todas las provincias. El problema no es aquí el Oficialismo, pues todos sabemos que dentro de sus filas sólo hay un ejército de acomodados y que el grueso de sus votos provienen de esos compatriotas a los que les han arrebatado la libertad y les han alquilado la dignidad a cambio de unos planes sociales. En el siglo XIX fue el propio Karl Marx quienal hablar de las fuerzas no productivas de la sociedad, identificó a los kirchneristas del siglo XXI: para el autor alemán existía el mundo del trabajo del cual estaban excluido los lúmpenes y los oligarcas, unos, los lúmpenes, porque no trabajaban y vivían de la caridad de los demás (los actuales “planeros”), y los otros, los oligarcas, porque tampoco trabajaban y vivían de las rentas que recibían por ser propietarios de la tierra y del Estado (los actuales funcionarios K).

Actualmente el verdadero problema, como ya dije, no es el Oficialismo, sino la Oposición, pues se supone que ésta debe representar a la mitad trabajadora de este país. Sin embargo no lo hace. ¿Por qué? Porque quienes la encabezan y la pretenden hegemonizar son los que antaño eran parte del Oficialismo. Ellos tienen la culpa de haber engendrado a este perverso monstruo que es el kirchnerismo y ahora, cuando todo tiembla en este país, aparecen para desplazar a los K y tomar su lugar. ¿Acaso hay que creerle a Romero si dice que quiere recuperar la cultura del trabajo cuando él fue artífice de su destrucción? Suena poco convincente.

Ahora bien, concretamente en Salta la polarización tiene un obstáculo gigantesco llamado “Alfredo Olmedo”. En nuestra provincia el normal movimiento de politiqueros que se turnan para administrar la decadencia nacional se encuentra complicado por el amarillo que inunda de fe, esperanza y amor a los salteños. Por ello los periodistas, ese hato de mercenarios amantes de la falsificación, nos informan permanentemente sobre los intentos del Oficialismo y de la Oposición de ganarse el apoyo de Olmedo.

Hace un par de meses Rodolfo Urtubey, el Oficialismo, dijo que Olmedo “tranquilamente puede ser gobernador de Salta”. Ayer Aroldo Tonini sostuvo que Romero, la Oposición, espera a Olmedo para sumarse a su campaña “con las puertas abiertas”. ¿Por qué el Oficialismo y la Oposición intentan seducir a Olmedo? Es bastante obvio que lo hacen porque no quieren quedarse afuera. Es decir el miedo de competir en contra de Olmedo saca a luz que en las próximas eleccioens el actual Diputado Nacional será el más votado en Salta en el rubro “Senador Nacional”, obteniendo así las dos bancas de la mayoría en juego, y dejando a la tercera banca, la de la minoría, en la disputa entre Romero y Urtubey. Por ello la urgencia de tentar a Olmedo: si el legislador pacta con cualquiera de los dos, el beneficiado obtendría el triunfo, pero el otro, el supuesto némesis, aún derrotado se aseguraría también su lugar, facilitando todo para que las cosas nunca cambien en este país. 

Un acuerdo de Olmedo con el Oficialismo o con la Oposición lo único que lograría es que la corrompida política argentina siga su rumbo, permitiendo que el manejo de los destinos del Estado se aleje cada vez más del ciudadano trabajador del país y caiga en manos de los oligarcas de siempre. 

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