Después de escuchar el discurso de Urtubey en la inauguración de Ferinoa, me quedé pensando en la posibilidad
de que el gobernador haya decidido dar un giro político radical: en lugar de
estar en contra de los productores agropecuarios pasaría ahora a apoyarlos. Algo
muy noble, considerando que lo que ha evitado el colapso económico de este país
en esta última década ha sido, precisamente, la actividad del campo.
Sin embargo son pocas las
esperanzas que albergo acerca de una transformación en Urtubey. Pasar a apoyar
al campo equivale a pasar a apoyar a los adversarios del kirchnerismo. Y
Urtubey está más que cómodo en el interior de esa tendencia.
Luís Etchevehere, un dirigente de
la Sociedad Rural
Argentina, dijo en una reunión de la Mesa de Enlace llevada a cabo en Río Negro:
El descontento entre los productores agropecuarios va aumentando porque deben pagar las consecuencias del desmanejo económico del gobierno que desaprovecha una oportunidad histórica como pocas veces nos dio el mundo y que pone en riesgo miles de puestos de trabajo en todo el país.
A muchos productores se les está haciendo inviable su actividad. Esto no afecta sólo al campo, sino que paraliza las economías del interior.
Si Urtubey ha decidido realmente tomar
partido por el campo no alcanza con pedir la declaración de Emergencia Agropecuaria,
eso es mera demagogia y oportunismo electoral. Un político a favor del campo,
hoy en día, tiene que exigir el fin de las retenciones agrícolas, principal
instrumento con el que el kirchnerismo mantiene vivo el Modelo de la
indignidad. ¿Está dispuesto a eso Urutbey o sólo se está disfrazando para la foto?
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