domingo, 2 de junio de 2013

Preparándose para gobernar Sodoma en lugar de Salta


La homosexualidad es una enfermedad que afecta a varios miles de salteños. Tradicionalmente esta enfermedad era percibida como una afección que atacaba a un grupo de personas, las cuales, a la larga, aprendían a convivir con ella. Así es que históricamente se ha reconocido a las personas que padecen de homosexualidad, permitiéndoles desarrollar pacíficamente sus vidas siempre y cuando intenten moderar o anular sus impulsos amatorios antinaturales.

Sin embargo en el último lustro se ha experimentado en nuestra provincia una politización de la homosexualidad. Esto les ha permitido a los homosexuales, por un lado, obtener una serie de beneficios personales pagados con el dinero de las arcas del Estado, y, por el otro lado, facilitar las cosas para que en el ámbito educativo una nueva falsedad (la falsedad homosexualista) ingrese para corroer aún más a la ya corroída educación, creando una generación naufragante de valores ambiguos y vacuos.

Pues bien, resulta que tanto el Oficialismo como la Oposición están detrás de los sodomitas que buscan que se los reconozca no por lo que hacen sino por lo que son. Esto demuestra hasta que punto está moralmente corrompida la casta política argentina.

El mes pasado ha dejado en evidencia el compromiso de los políticos salteños con los grupúsculos de presión que buscan imponer el homosexualismo como religión oficial. Si se consulta la nómina de nombramientos de funcionarios de la provincia de Salta, es decir si se revisa entre las incorporaciones recientes de Juan Manuel Urtubey a su equipo de gobierno, se constatará que figura el nombre de un tal “Mary Robles”, que es un travestido que ha asumido un puesto público para impulsar desde adentro del gobierno su ideología construida en torno a mentiras y engaños.

Pero la cosa no se detiene allí, pues si se observa en las actividades más recientes de la Oposición aparecerá que un tal Pedro Robledo ha estado trabajando en Salta para la campaña de Senador Nacional de Juan Carlos Romero. Este señorito Robledo es un confeso homosexual que saltó a la fama hace unos meses cuando supuestamente fue físicamente agredido debido a su homosexualidad. Desembarcó aquí en Salta traído por el PRO de Mauricio Macri -quien desde hace ya bastante que cortó el vínculo con Alfredo Olmedo-, y se lo ofreció al romerismo como consultor en temas de homosexualidad.

Queda claro que ni el Oficialismo ni la Oposición entienden al pueblo ni escuchan a sus pastores. Ellos sólo trabajan para ellos, de espaldas a quienes les han dado el voto, con el oído puesto en lo que el Padre de la Mentira tiene para decir.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario