martes, 25 de junio de 2013

Los espacios vacíos: ¿con qué llenarlos?

Juan Carlos Negrete es un psiquiatra argentino que desde hace cinco décadas vive en Canadá. De visita en nuestro país, dijo en una entrevista
- Sobre los métodos de prevención de uso de drogas, ¿tiene alguna receta 
- Es difícil si uno piensa que tenemos una juventud desposeída de roles sociales. La primera medida de prevención sería, entonces, devolverle a la juventud un puesto en la sociedad. En vez de poner más servicios médicos, yo pondría un club para que jueguen al básquet, por ejemplo. Un club hace mucho más que lo que uno pueda hacer desde la salud. Además, todo lo que se haga desde las áreas de desarrollo social son medidas que tienen un efecto palpable en la frecuencia y tasa de consumo. Hay que rellenar con algo que no sea droga tantos espacios vacíos que tiene la juventud. 
Este hombre es un campeón del sentido común, algo raro en estos días. Si la juventud tiene un vacío entonces hay que llenárselo con algo, eso está claro. Ahora bien, el problema es con qué llenar ese vacío. ¿Con el "relato", con el programa "votos por paco", con historietas del "Nestornauta"? Negrete sostiene que no, que un club de barrio, un espacio para el deporte, es menos dañino que las drogas y más sano que la politiquería. 

Yo veo ahí un problema esencial de nuestros días: el kirchnerismo se dirige hacia los jóvenes con una promesa de futuro, de un futuro que ellos deben construir. Entonces los chicos se suben a ese tren, sin saber que será imposible que avance por donde ellos quieren que avance (pues de hacerlo realmente terminaría atropellando a toda la gente que no coincide con ellos). 

Yo pienso que al vacío de nuestro jóvenes hay que llenarlo de un futuro impredecible, no de objetivos puntuales que son destructivos tanto si se alcanzan como si no lo hacen (si el kirchnerismo triunfa entonces millones de argentinos se verán sumamente frustrados ante la caída definitiva de los valores patrios, pero si no triunfa entonces otros muchos argentinos -los propios kirchneristas- se convertirán en tóxicas bestias rencorosas y vengativas). 

El deporte es una escuela mucho más noble que la política. En el deporte -cualquier deporte, ya sea básquet, fútbol, rugby, tenis, ajedrez, etc.- hay competitividad, búsqueda de objetivos, solidaridad, sentimiento de superación, cosas necesarias para la vida y más propias para educar a un joven que una banderita de La Cámpora y un manual de frases del Che Guevara. Con el deporte se aprende a través de la experiencia, mientras que la política es el lugar donde casi siempre se dice una cosa y se termina haciendo lo contrario, por lo que la experiencia de quien participa en política suele ser más negativa que positiva. 

Sinceramente yo no quiero jóvenes drogadictos en mi país, pero tampoco quiero estos pichones de politiqueros que pululan por estos días. Ambos me dan pena. Quiero jóvenes formados en los deportes, en las artes y en las ciencias, pues ellos serán estupendos políticos en el futuro, y, más importante aún, ellos serán los constructores del futuro que deseen construir.

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