Esta semana se supo que el
gobierno de Urtubey decidió revocarle la licencia a Enjasa, la empresa que monopoliza el juego de azar en
Salta. La excusa para hacerlo es que Entretenimientos y Juegos de Azar S. A. no
estaría cumpliendo con la legislación relativa al lavado de dinero, por lo que
lo más prudente es –según el gobierno– transferirle la lucrativa licencia a
empresarios amigos del poder.
En respuesta a esto, Alfredo Olmedo planteó algo muy interesante: “el horario de funcionamiento de los
casinos de toda la provincia debe ser restringido”. Esta medida es, claramente,
una medida para proteger a los individuos de la posibilidad de devenir adictos
al juego.
Lo interesante es que Olmedo citó
un caso extranjero: en Brasil, desde 1946, los casinos están terminantemente prohibidos en su territorio. Esta alusión a una realidad de otro país sirve
para combatir un argumento muy esgrimido en contra de muchas de las propuestas
olmedianas más lúcidas: “en ningún lugar del mundo se aplica eso”. Quienes
sostienen ese argumento, lo dicen desde la ignorancia. Y ser un ignorante en la Sociedad del Conocimiento
es lamentablemente muy común.
Veamos que pasa en el mundo:
Brasil: en el gigante sudamericano, además de contribuir con
políticas claras en contra de la ludopatía (mal que alimenta colateralmente a
la crematística, la prostitución, el narcotráfico, etc), están avanzando en el
desarrollo de una política pro Vida de última generación a través de la
elaboración del Estatuto del No Nacido.
Perú: allí se está reimplementando el Servicio Militar Obligatorio
después de haberlo abolido en 1999. Obviamente, esta avanzada tiene la novedad
de estar dirigida hacia los jóvenes que no trabajan ni estudian.
República Checa: desde hace décadas en este país europeo se lleva a
cabo un exitoso programa de castración quirúrgica de violadores. Organismos de
Derechos Humanos de todo el mundo se oponen a lo que hace el gobierno checo,
pero aún así su política antivioladores sigue en curso y el éxito se impone.
Canadá: en este país una persona a partir de los 12 años puede ser imputada penalmente, pues se considera que con esa edad ya se es plenamente responsable del propio comportamiento.
Rusia: allá el Presidente Vladimir Putin ha promovido una legislación para frenar el elegebetismo que avanza pervertidoramente sobre la sociedad de su país. Con unas cuantas valerosas leyes, Putin ha puesto las
cosas en su lugar.
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