sábado, 10 de agosto de 2013

El fraude

El domingo pasado, el diario Clarín publicó un artículo de Jorge Lanata en el que se leía: 
“Hay un nivel de fraude e irregularidades mucho más alto de lo que el ciudadano piensa, incluso del que yo vi siendo candidato a presidente en 2007. No va a haber un 2015 normal si el 2013 sale mal”, dijo Roberto Lavagna a FM Identidad. 
“El Gobierno se juega la vida en esta elección. No descarto que intenten modificar el resultado de los votos”, opinó el denarvaízta Gustavo Ferrari. 
“La competencia es desleal porque el 92% de los fiscales del oficialismo eran empleados públicos, se utilizan recursos del Estado en función de la fiscalización”, dijo Gerardo Milman, del GEN. 
“El sistema de boletas está hecho para la trampa. Roban las boletas, las esconden, las cambian de lugar y por último está el escrutinio final”, dijo Humberto Tumini, de Libres del Sur. 
Martín Hernández, diputado, presidente del Comité Provincial de la UCR, presentó en abril ante la Fiscalía Federal Número 1 de Formosa una denuncia penal por los votantes paraguayos con domicilio binacional que cobran pensiones y otros beneficios sociales argentinos a cambio de votos. En la última elección de 2011 se produjeron denuncias por falta de boletas, sobres no habilitados para votar en el Colegio Carlos Pellegrini, sellos ilegibles, telegramas manipulados, boletas falsas de Duhalde y robo de votos en los telegramas de Pergamino, entre otras localidades. 
La convicción general de distintas fuentes consultadas por este diario es que el fraude nunca puede llegar a ser de tal entidad que dé vuelta un resultado nacional, pero todos, a la vez, aceptan que “pequeños” o “medianos” fraudes forman parte del panorama electoral. Y esa definición de “pequeños” o “medianos” bien puede ser varios concejales o un legislador, según los distritos. 
Pablo Olivera da Silva, coordinador nacional de capacitación de la Red Ser Fiscal, afirmó a Clarín que, puesto a investigar sobre las denuncias judiciales, “son muy pocas las que llegan al Juzgado Electoral Número 1 con competencia electoral de La Plata, a cargo de Manuel Blanco”. “Por ejemplo, de 2007 no hay una sola denuncia. En 2009 había alrededor de 200, de las cuales el ochenta por ciento eran personas que denunciaban en comisaría que habían ido a votar y en la mesa les decían que ya lo habían hecho: sustitución de identidad de votantes, algo que en política podría definirse como picardía pero es en realidad un delito serio, tiene de uno a tres años de condena”. Da Silva aporta otro dato insólito: si se busca en la página web de la Justicia Electoral, el lector podrá encontrarse con dos pdf con padrones masculino y femenino de electores que tienen 99 años y más. Suman diez mil los electores con más de 99 años.
En estas elecciones hay mucho en juego para el gobierno, por lo que el fraude es una opción que seduce al Oficialismo. La gente de la Oposición señala que, con mayor o menor alevosía, lo turbio puede presentarse en las urnas.

Es interesante como el artículo de Lanata tipifica los posibles modo de adulterar los resultados de las elecciones: 
1) Irregularidades preelectorales: manipulación de urnas, interceptación de telegramas para designación de autoridades de mesa, violación de veda, adulteración de padrones o cambio del escrutinio provisorio efectuado por la empresa española INDRA. 
2) Irregularidades de apertura: toma del centro de votación por parte de un puntero político bajo la figura apócrifa de “dueño, encargado o jefe de escuela”, ausencia deliberada de autoridades de mesa, voto cadena (cuando se roban sobres de la mesa con la firma del presidente y los fiscales, se lo llena afuera y al volver a entrar se lo cambia por un nuevo sobre, así sigue luego la cadena), sustitución de identidad del votante, rellenado de urnas con sobres con votos adicionales. 
3) Irregularidades de clausura: cierre anticipado de la mesa, adulteración del resultado del escrutinio, bloqueo a fiscales, reemplazo de urnas por otras ya adulteradas. 
4) Irregularidades post electorales: reemplazo de urnas o de telegramas de camino al destino final, manipulación informática, demora en la entrega del material informático para los partidos, hallazgo de material de rezago en vía pública.
Casi todas las medidas tendientes a impedir el fraude fueron categóricamente ignoradas. La idea de Alfredo Olmedo de incluir las fotografías de los votantes en los padrones finalmente tuvo el visto bueno del gobierno, sin embargo no se han tomado medidas complementarias para reducir las posibilidades del fraude: por ejemplo la otra propuesta realizada por Olmedo de votar con boleta única (una cosa que acabaría con los robos de boletas) no tuvo ningún apoyo, pero la locura del voto electrónico ya está en marcha a toda máquina en Salta. Lamentablemente, a esto, muchos, le llaman "vivir en democracia".  

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