domingo, 8 de diciembre de 2013

El Salteñazo: un pedo en una canasta

Después del supuesto "Salteñazo", el Partido Obrero de Salta no ha hecho más que lloriquear, suplantando su natural combatividad por una desmedida autovictimización. Tras del conflicto que protagonizaron en el Concejo Deliberante capitalino, desde el PO sostienen que no se está respetando la voluntad de la mayoría, aunque, en lo personal, no creo que eso sea cierto: la mayoría, al menos el 70% que no apoyó al PO, aprecia a la Constitución y la acepta como ley suprema, por tanto es normal que los partidos constitucionalistas y demócratas pacten para no dejarse atropellar por un grupo tan siniestro como el de los trotskistas. 

Alfredo Olmedo y Ángela Di Bez
Creo que la crítica más aguda y certera al PO que se emitió en estos últimos días provino de la concejal Ángela Di Bez. Di Bez señaló que, en un principio, ella pensó en apoyarlos, debido a que, a simple vista, el PO parece un grupo de gente coherente y principista que sabe cómo ser la voz de aquellos que no tienen voz; sin embargo, como bien percibió Di Bez, bastaron sólo unos pocos días de ejercicio del poder para que los trotskistas derrapen, y, en lugar de ocuparse en plantear estrategias para resolverle los problemas a la gente, demostraron que sólo les interesa resolver sus propios asuntos políticos. 

Di Bez identificó a Claudio Del Pla como el ideólogo del sainete del PO en el Concejo Deliberante. Es que Del Pla no es un ciudadano volcado a la política con la intención de dotarla de una cara más popular, es decir Del Pla no es un Olmedo, él es, simplemente, un sujeto que ve al partido que comanda como una pyme que le sirve para vivir mes a mes y pagarse unas buenas vacaciones todos los años.

Por eso el "Salteñazo" ya se agotó. No duró nada. En muy poco tiempo, el voto al Partido Obrero demostró ser un voto tirado a la basura. Espero que el pueblo de Salta aprenda de la experiencia. 

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