miércoles, 27 de noviembre de 2013

Olmedo al gobierno, Cristo al poder

Dos soldados de Cristo
Las juras

El lunes pasado asumieron los legisladores provinciales en Salta y lo más curioso que tuvo la ceremonia fueron las juras (sería bueno que, en lugar de que el evento se desarrolle el último lunes de noviembre, ocurra en cambio durante el último domingo del onceavo mes, ya que ese día se celebra la Solemnidad de Cristo Rey; serviría ello para recordarles a todos los electos que no son empleados de tal o cual líder, sino que son súbditos del Rey del Universo, al cual le deben infinita lealtad y obediencia).

Por un lado estuvieron los miembros del Partido Obrero que, como era de esperarse, pidieron no jurar ni sobre una Biblia ni sobre una Constitución Provincial, por lo que terminaron jurando sobre sí mismos. En su fórmula de juramento invocaron al “socialismo” y a la “clase obrera”. Pero junto a esos payasos, por otro lado estuvo Alejandro Nieva, quien juró por Alfredo Olmedo y por el Proyecto Salta Somos Todos 2015.

El gesto de Nieva, aunque peculiar, habla del compromiso de este hombre con un conjunto de ideas y propuestas pensadas para mejorar la calidad de vida de los salteños. También deja entrever que Nieva es un hombre leal a un líder, lo cual en principio no está mal.

Judas vestido de amarillo

El olmedismo, tanto a nivel nacional como a nivel provincial, ha fallado a la hora de articular un equipo parlamentario. Bernardo Biella llegó al Congreso de la Nación con una gorra amarilla, pero no tardó nada en acomodarse donde le pareció más provechoso para su bolsillo. Pese a su manifiesto individualismo, al menos Biella no ha traicionado sus ideales de defensa de la Vida, pero tampoco ha hecho demasiado para agitar esa bandera (por ejemplo cuando hace unos meses se convocó la sesión especial para tratar el tema del aborto, sólo Alfredo Olmedo asistió para evitar que en la Argentina se legalice el genocidioen tanto que Biella brilló por su ausencia: así como no ha sido muy prudente como la paloma, así tampoco el médico ha sido muy astuto como la serpiente).

En el parlamento salteño la historia de acercamientos y alejamientos no ha sido muy diferente. Durante 2011 el Diputado Marcelo Bernad y la Diputada Liliana Mazzone decidieron sumarse a Salta Somos Todos y llevar al congreso local a la iniciativa amarilla. Pero un año después, sorpresivamente, Mazzone dijo que disintieron con Olmedo a la hora de avalar algunos proyectos (como el de la castración a violadores y el del tercer baño para homosexuales) y ella junto a Bernad dejaron SST para armar el Frente Democrático, que en las últimas elecciones se alineó del lado de Juan Carlos Romero. Sin embargo Mazzone no encontró lugar en ninguna de las listas romeristas, y terminó acusando al Júcaro de haberle “robado” la senaduría a Olmedo y diciendo que su ruptura con nuestro Diputado Nacional nunca fue definitiva. Lo que vulgarmente se llama "acomodarse".

La tarea apostólica

Pues bien, ante este escenario, reconforta saber que Nieva no apostará a la traición, que él no utilizó la gorra amarilla para lograr un puesto y después negociarlo con el Oficialismo o la Oposición para su beneficio personal.

¿Pero acaso eso es suficiente? Uno de los motivos por los que admiro a Olmedo es porque él representa uno de los pocos hombres de poder argentinos que han entendido la política como una tarea apostólica –actitud que debería de ser la habitual entre quienes se consideran cristianos. Todas las propuestas de Olmedo en la Cámara de Diputados de la Nación han tenido como objetivo diseñar leyes que contribuyan al cultivo de la virtud y al repudio del vicio. Quienes han visto en algunos proyectos olmedianos meras extravagancias populistas han juzgado desde el prejuicio y la estrechez mental aquello que era un camino innovador para la recuperación del orden cristiano del mundo.

La Revolución Amarilla está en marcha. Para que triunfe sólo hacen falta hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, muchos salteños, que quieran el fin de la corrupción, que amen la vida, que protejan lo propio, y que rechacen la mentira, es decir, sólo hace falta gente dispuesta a vivir el Evangelio, no sólo en el interior de sus casas, sino también en sus vecindades, en sus barrios, en sus pueblos y en sus ciudades.

1 comentario:

  1. Yo pregunto: ¿la gente del PO cobra como trabajadores? Y si es así: ¿a dónde va a parar la plata que sobra de sus sueldos? ¿Al PO mismo?

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