jueves, 21 de agosto de 2014

Profesión: soplapitos

Gabriela Dagum, uno de esos muchachos sexualmente invertidos que consiguieron que el Estado les falsifique el DNI, se convirtió en agente de tránsito de la Municipalidad de Salta. Este acto tan trivial como es el pase a planta permanente de un empleado público fue anunciado con bombos y platillos por la Municipalidad. Aparentemente esto no se trataría de nepotismo ideológico, sino de un acto de "inclusión" que los salteños debemos aplaudir hasta que nos sangren las manos. 

A la historia la vendieron como que Dagum consiguió el puesto por su capacitación. Así, el invertido estaría demostrando que -a diferencia de los que son como él- es capaz de tener un empleo diferente a la peluquería o la prostitución. 

Sin embargo el problema es que Dagum no tiene ninguna capacitación para convertirse en agente de tránsito. En una nota con El Tribuno, él mismo lo dice: "en cuanto salga mi nombramiento en el municipio, deberé hacer cursos de capacitación en tránsito y a partir de allí saldré a la calle o estaré en la oficina, según lo que dispongan mis superiores". O sea que Dagum asumirá el puesto que le dieron y luego aprenderá sobre tránsito. ¿No debería ser al revés? Antes de salir a soplar pitos por la calle debería saber a quien soplárselo, ¿o es que ya aprendió eso y por ello le quitó el puesto a alguien ya capacitado?

No hay comentarios:

Publicar un comentario