viernes, 10 de enero de 2014

Argentina: el traslado de la Capital

El Diputado Nacional kirchnerista Julián Domínguez, para chicanear a Mauricio Macri, propuso trasladar la Capital del país desde la ciudad de Buenos Aires a un lugar distinto. A diferencia de los radicales que en la década de 1980 apuntaban hacia el sur, Domínguez sugirió ir hacia el norte. Su excusa es que ello ayudaría a mejorar la integración del país al Unasur y al Mercosur, a la vez que serviría para abrir los caminos hacia el Pacífico. 

Varios salteños opinaron sobre la posibilidad de que Salta se convierta en la nueva Capital Federal de la República. Sin embargo Domínguez tiene en mente a Santiago del Estero, pues, al igual que Adolfo Rodríguez Saa en el 2003, este sujeto mira al país desde un realismo delirante que propone una reingeniería socioindustrial más propia de los soviéticos o de los chinos que de nosotros. 

La idea del traslado no me parece mala. Una de las cosas que yo sostengo es que Orán debería transformarse en segunda capital de Salta, albergando en sus límites al Poder Ejecutivo provincial. Bien podría suceder lo mismo en Argentina: el Poder Ejecutivo en el Norte (Salta, Santiago del Estero, Resistencia), el Poder Legislativo en el Centro (Mendoza, Córdoba, Paraná), y el Poder Judicial en el Sur (Viedma, Trelew, Río Gallegos). 

También podría crearse un distrito nuevo, con un diseño especial como Brasilia o Canberra, por ejemplo sobre algún límite provincial: pienso en donde confluyen los límites de Santa Fe, Córdoba y Santiago del Estero (el área de Mar Chiquita), o algún lugar así. 

Finalmente, también se me ocurre otra propuesta que habría que analizar: situar la sede de los tres poderes en la Antártida, y enviar a todos los políticos y sus asesores a trabajar allí. Sólo cuando el país marche como una auténtica república, se los dejaría retornar al continente.   

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