Mauro Sabbadini –un funcionario
de la Municipalidad
de Salta– cínicamente sostuvo que hacer denuncias como la que hizo el Diputado Provincial Carlos Zapata, en una fecha tan cercana a las elecciones, es una
especie de “pirotecnia” electoral que sólo distrae a los ciudadanos y no les
permite enfocarse en las propuestas. Alguien debería explicarle a este sujeto
que la denuncia es gravísima, y que alcanza para que Miguel Isa renuncie a toda
candidatura o, incluso, puesto político, y se ponga a disposición de la Justicia para que se
aclare la situación.
Por otra parte, el propio Isa, en
lugar de colaborar con la aclaración de lo denunciado, sólo atinó a criticar a
Romero y Olmedo por intermedio de sandeces del tipo que los candidatos no
tienen un partido (lo cual no es cierto ya que Salta Somos Todos y el Partido
Conservador Popular son partidos hechos y derechos), que Romero y Olmedo se
sacan la foto con Mauricio Macri pero son emisarios locales de Sergio Massa (lo
cual tampoco es cierto, ya que ambos candidatos no son “soldados del proyecto”
sino gente comprometida fundamentalmente con Salta, por lo que es normal su
vocación de apertura y consenso), y que Romero y Olmedo no están en política
para trabajar por sus ideales sino por sus intereses (lo cual, obviamente, es sólo
una chicana sin fundamento de ningún tipo).
Lo que me llama la atención del
discurso de Isa es que acusa a Romero y Olmedo de no jugar con las reglas de la
política tradicional. Alguien debería explicarle a este sujeto que, justamente,
la política tradicional es lo que empujó a Salta y al país a la ruina en la que
vivimos hoy, y que sólo los cretinos que viven de la política se escandalizan que alguien no respete las reglas que ellos mismos impusieron. Entonces más que nunca hace falta liquidar la vieja política de
los Isa y los Urtubey para iniciar una nueva fase republicana y democrática,
que sume la experiencia de algunos como Romero y la creatividad y la capacidad
de trabajo de otros como Olmedo.
La cereza del postre: el
Intendente Isa, textualmente, dijo que lo que Romero y Olmedo “llaman
populismo, nosotros lo llamamos inclusión”. Con esa frase dejó en claro que Isa
no llama a las cosas por su nombre, sino que pretende corregir la realidad no a través de la búsqueda de soluciones sino, simplemente, cambiando el modo en el que hablamos.
Isa tiene que renunciar. Ya. Los salteños no merecemos esto.
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